El
noctámbulo
Informativo amplio Edición Hoy sábado14 de noviembre
de 2020 nº 62 Precio: 4 reales
SUMARIO
1.
Aquelarre de actualidad
2.
Testimonio de vida
3.
Cajón desastre
4.
Esquina Oeste, Cine: El palacio
ideal
5.
Bagatelas políticas
6.
Esquina Sur, Música: Fleetvood
7.
El ático: Nombres raros
8.
Esquina Este, Ciencia: Tiempo horario
9.
Destellos de mi mundo
10.
Leyendas Urbanas
11.
Al director que le den
12.
Galería de souvenir
AQUELARRE DE LA ACTUALIDAD
Laus Deo: Señores, “Habemus presidente”
Marelvis:
Por ahora, ya que hay demandas sobre un posible fallo en el recuento de votos
en algún estado.
Luigi:
Es lógico equivocarse contando uno a uno ciento cincuenta
millones de votos
Lùyìsī:我说你会有高科技的中国机器. Digo yo
que tendrán para ello máquinas chinas de elevada tecnológica.
Luigi: Mientras
no tengan virus
Lewis: Entonces
todavía no hay fumata blanca
Marelvis: Trump
se llama como el pato
Juan: Igual que
el pato es irascible y gruñón
Inés: Pero tanto
a uno como a otro se les toma cariño
Arcadio: Me dicen
que usted cuando habla de Biden le llama Bi Laden
Liudovik: Он также твердо верит, что пахнет серой Además cree firmemente que huele a azufre
Marelvis:
Ya lo dijo Chávez en la ONU de un presidente americano
Lewis:
Creo que era de Bush
Ludwig:
Los españoles están más atentos a las elecciones USA que a otras cosas que
deberían importarles
Luigi:
Por ejemplo, la Liga de futbol
Juan:
Debe ser difícil recomponer un país dividido
Lewis:
No nos engañemos, siempre ha habido diferencias
Arcadio: Se complica el tema por el gran número de
armas en manos de civiles
Lewis:
Esperemos a ver como se toman los partidarios de Trump la derrota
Laus Deo: Y los
seguidores de Biden, la victoria
Juan:
No me preocupa la acción inmediata de los partidarios de Biden, sino lo que pueda venir después
Inés:
Las primeras felicitaciones han llegado desde gobernantes o políticos de
izquierdas
Marelvis:
Lo que me gusta de esta nueva legislatura es que por fin las mujeres al poder
Aloisio:
Preferiría que fuese la imaginación al poder
Luigi:
Las dos electas primeras damas son sensacionales, aunque no se si saben
cocinar.
Aloisio:
Corazón, te sale el ramalazo machista.
Juan:
Los hijos de Trump están divididos en cuanto a aceptar los resultados
Lewis:
La hija, Ivanka, no ha abierto la boca.
Inés:
Estará pensando en ser presidenta dentro de unos años, en la senda familiar
Arcadio:
Algún hijo, o el yerno,
cambiará de chaqueta por aquello de las pelas o de los dólares.
Marelvis:
De la otra hija, Tiffany, no se oye nada, pero debe ser la mejor del rebaño.
Julia
Blanc-Sec: la mejor de esa troupe es la sobrina Mary que ha escrito el libro Too Much and Never Enough (Demasiado y nunca suficiente), en el que pone a su tío
de hoja perejil. La chica es psicóloga y le tiene calado desde la infancia.
Lewis:
Tengo interés de ver cómo le da Trump la alternativa a Biden
Juan:
Pero no lo hará como los toreros, ya que no puede ni quiere cortarse la coleta
Aloisio:
Sería una pena con tan hermosa melena.
Ludwig:
Para un indio de los antiguos, si aún queda alguno de los que coleccionaban
cabelleras, sería un trofeo magnifico
Laus
Deo: Usted habla de cabelleras por envidia, ya
que tiene una alopecia galopante
Marelvis:
O sea, que decimos que si gana Trump sería por
los pelos
Inés:
O por intercesión divina.
Laus Deo: Dejemos
el tema porque me temo que se abra otra pantalla y además divina
TESTIMONIO DE VIDA
EL DEPORTE BLANCO
Por Juan Quintín
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| Puerto de Navacerrada a finales de los años 60 |
El periodo de esquí en la Sierra de Guadarrama solía comenzar a mediados de noviembre, cuando caían las primeras nieves que se helaban y, sobre ellas solían caer otras nuevas, manteniendo un espesor reducido que permitía esquiar en pocas zonas. Llegado enero las nevadas eran más copiosas y se incrementaban en los dos meses siguientes. He llegado a esquiar a mediados de abril. Hubo un año que realizamos marcha de San Isidro, que comenzaba en la cumbre de Ventisqueros, por la noche del 14 de mayo para terminar en el pueblo de Manzanares al alba del día siguiente, festividad del Santo, con una fuerte nevada y ventisca. Supongo que no sabíamos entonces lo del calentamiento global. En una marcha de verano de uno de aquellos años dorados conocí a Anamari, que era una experta esquiadora. Me convenció para entrar en los Grupos Universitarios de Montaña, los GUM, cuya divisa era el escudo que el Cardenal Cisneros diseñó hacía más de 400 años para la Universidad de Alcalá. El pavés ajedrezado lo sujetaba un cisne que en los GUM se substituyó por una edelweiss, al parecer alguien había opinado que con el cisne podían confundir a los esquiadores con un grupo de ballet. Con los GUM y gracias a Isidoro, un monitor muy bueno, pude mejorar mi primitiva técnica. En la academia donde me preparaba para el ingreso en Ingenieros Aeronáuticos tuve dos amigos, Casacuberta de cuyo nombre no me acuerdo y José Luis, de cuyo apellido tampoco me acuerdo. Los tres esquiábamos con los GUM. Casacuberta era catalán y le envidiábamos porque había esquiado en La Molina y Candanchú, dos estaciones de esquí en los Pirineos. Candanchú era la estación de esquí más antigua de España, situada en el Pirineo aragonés, que fue inaugurada en 1928. La Molina, en el Pirineo catalán, dispuso del primer telesquí de España en febrero de 1943.
En la foto de izquierda a derecha los tres amigos, Casacuberta, José Luis y un servidor. En la otra foto y totalmente irreconocible uno de los tres
Casacuberta nos enseñó a entender el slalom como un baile, en el que la inclinación y la flexión del cuerpo te daba un ritmo casi musical para sortear las banderas de señalización de la pista. Participé con el equipo de GUM en algunas pruebas, normalmente de slalom o habilidad. Alguna vez participé en las de descenso, pero aun cuando la adrenalina subía exponencialmente el arte solo se refería a la fortaleza de las piernas, y no me divertía tanto como en las otras. La verdad es que las clasificaciones que lograba eran muy corrientitas. En las pruebas por equipo, mis compañeros llegaron a odiarme. En todos los años que esquié no sufrí ninguna lesión importante. Algunos esguinces en los tobillos debidos más al uso de las ataduras primitivas que al ejercicio. Una vez, con el bastón clavado en una nieve helada, al dar un giro me caí y el brazo izquierdo se salió de la articulación. Me arreglaron apoyando una bota en el hombro antes de que me levantara, y dando un tirón seco al brazo colgante. Durante algunos años tuve la fea costumbre de tener un brazo que entraba y salía. Otro domingo, bajando fuerte por la ladera me encontré con un grupo de domingueros con pequeños trineos de madera. Uno de ellos intentó torearme yéndose hacia un lado y otro de mi trayectoria, y cuando vio que terminaría atropellándole se cubrió colocando el trineo entre su cuerpo y el mio. El resultado fueron tres costillas fisuradas que me dolieron durante mucho tiempo, sobre todo cuando me reía. Con aquellas primeras manoplas de punto tejidas con amor por mi padre, sufrí un principio de congelación en el dedo pulgar, curado por el galeno con inmersiones alternativas del dedo en agua muy caliente y muy fría. No quiero pensar que hubiera pasado si se me congela otro órgano importante del cuerpo.
En las fotos de la derecha una demostración del monitor. empezando por abajo, el tercero soy yo, o sea el antepenúltimo de la clase
No sé si se puede presumir de ello, sobre todo actualmente, pero una vez tropecé ligeramente y sin consecuencias con el entonces joven candidato Juan Carlos I, que esquiaba acompañado de unos señores muy serios con bigote. Mejor no. Las pistas no estaban señalizadas como ahora con su grado de dificultad. Había una que se abría como una herida en la ladera de la Bola del Mundo, llamada “El tubo de Riofrio” . Era difícil por lo estrecha y la abundancia de rocas. La bajé pocas veces y la evité cuando había exceso de hielo. Un dia la bajamos en grupo y una de las esquiadoras tropezó con una roca, y se deslizó sin control por la pendiente chocando con otras rocas. La pudimos recoger en muy mal estado, con roturas por los choques y quemaduras por el roce con el hielo, al final del Tubo, casi en la carreta de Cotos a Navacerrada, desde donde pudimos evacuarla. No quise saber si había fallecido, pero así fue.
Pongo fin a mis recuerdos blancos, que por numerosos darían para más artículos. Pero antes quiero señalar que los primeros pasos por la nieve los di con unas raquetas de nieve, que eran como las de tenis solo que mas bastas y sujetas al pie. Provenían de Rusia, traídas por un divisionario español que había estado guerreando por aquellos parajes durante el follón de la Mundial
En esta foto, muy antigua se demuestra lo de llegar retrasadillo a la meta. El del fondo, como es lógico soy yo
Cajón desastre
Por Cortazar, Jr.
« SGaawaay K’uuna »,una película en una lengua que solo hablan
veinte personas
En el largometraje « SGaawaay K’uuna » (« La hoja del cuchillo »), el realizador canadiense Gwaai Edenshaw rinde homenaje a una lengua prácticamente extinguida, el “haida”. La película está rodada en Ya’an, “uno de los últimos reductos en los que el pueblo haida se concentró antes de desplazarse a Masset, donde empezó a morir”. El archipiélago Haida Gwaii, al que los colonos británicos bautizaron en 1853 como Islas de la Reina Charlotte, está situado al oeste de la provincia canadiense Columbia Británica, al sur del golfo de Alaska.
El realizador Gwaai –“descendiente de una familia indígena cuyos orígenes en la región, según él, se remontan a diez mil años atrás- creció en Masset, ciudad de 900 habitantes al norte de Haida Gwaii, en la isla de Graham. “Todo ha cambiado mucho. Recuerdo que cuando tenía doce años, el río estaba lleno de peces, uno tenía la impresión de que podía atravesarlo a lomos de los salmones. El turismo se ha desarrollado y se ha instalado aquí una colonia menonita, que ha cambiado el panorama”. Antes de hacer películas, Gwaai era artista y hacía tallas en madera, siguiendo una de las tradiciones de su pueblo. Dice que, condición inevitable de la civilización, la cultura indígena sufrió mucho con la llegada del hombre blanco. En su historia, los haidas –que estuvieron en contacto con rusos, chinos y japoneses- establecieron la primera relación con europeos en 1774, con la tripulación de un conquistador llamado Juan Pérez, y poco más tarde con la del británico James Cook. Aunque la película no precisa el momento histórico, el realizador dice que sitúa su historia en torno a 1850 “en la época en que una epidemia de varicela se llevó por delante al 97% de la población”. Según las malas lenguas, la enfermedad fue propagada por los colonos a través de regalos envenenados, como mantas y pañuelos infectados, que redujeron la población a 588 almas. « Hubo un esfuerzo deliberado de borrar a la población indígena. Hasta no hace mucho, carecíamos del derecho de pescar con barcos de motor. A los niños los separaban de su familia y los internaban en instituciones, donde les castigaban si hablaban o cantaban en haida”. Los haidas vivían en otro tiempo. La abuela del realizador “ponía toallas en las ventanas para que sus hijos pudieran bailar en torno a la estufa de madera. No les enseñaba su lengua para evitar problemas. A fuerza del lavado de cerebro que hacían en la escuela, la gente terminó por avergonzarse de hablar haida. Querían matar al indio desde la infancia ». En 2019, la población de haidas era de 3.500 personas “que pisoteábamos nuestra lengua hablando la del ocupante”, dice Gwaai Edenshaw , quien por cierto no es una de las veinte personas que hoy pueden expresarse en haida, ha hecho la película con la esperanza de que sirva para hacer que renazca esa lengua moribunda. Una iniciativa que recuerda la de la cantante galesa Gwenno Saunders, quien en 2018 hizo un álbum en la legua de Cornuailles, que solo hablan 3.000 personas.
No olvidemos que todas las lenguas –las vivas y las muertas- forman parte de nuestro patrimonio, del Patrimonio Mundial de la Humanidad. https://youtu.be/DnbOw5Nuq2U The Edge of the Knife
La alegre Buhardilla
Separata cultural Edición conjunta El noctambulo 14 de noviembre
2.020 nº 62 Precio: 4 reales
Por
Julia Blanc-sec
« El palacio ideal », el sueño faraónico del cartero Cheval
A finales del siglo XIX, Ferdinand Cheval (Jacques Gamblin, “El primer día del resto de tu vida”, “Hupicrates”), un ex panadero reconvertido en infatigable cartero solitario que cada día recorre cuarenta kilómetros para repartir y recoger cartas en el departamento francés del Drome, se enamora de Filomena (Laetitia Casta, « La guerra de los botones », « Gainsbourg »)), una viuda bellísima. De su unión nació Alice (Zélie Rixhon) y el cartero decidió construirle un palacio con sus propias manos. Durante treinta y tres años, Ferdinand Cheval levantó con cemento y piedras una estructura visionaria y naif, especie de abigarrado templo con resonancias bíblicas y de la mitología india, una obra inclasificable que fue el hazmerreír de muchos de sus contemporáneos, que llamó la atención de artistas como André Breton y Pablo Picasso y que, en 1969, el entonces ministro de Cultura André Malraux salvó para la posteridad haciendo que entrara a formar parte del Patrimonio Cultural francés. Una edificación que todavía hoy es un alto en los recorridos turísticos de la región.
Esta es la historia, increíble y verdadera, que cuenta “El palacio ideal” (L’incroyable histoire du Facteur Cheval), una película muy romántica, tercer largometraje de ficción dirigido por Nils Tavernier (“Aurore”, “Con todas nuestras fuerzas”), hijo del también realizador Bertrand Tavernier. Ferdinand Cheval nació en 1836 y en 1879 comenzó la construcción del palacio con las piedras que recogía diariamente en su recorrido postal. Biografía excesivamente acaramelada de un hombre rudo que amaba la soledad y quiso cumplir sus sueños dando vida a un imaginario desbordante en un proyecto faraónico, de un constructor autodidacta que dedicó toda su vida a levantar en el jardín de su casa, en el pueblo de Hauterives, un palacio exótico inspirado en la naturaleza en el que están esculpidos caimanes, elefantes, pájaros, cascadas, gigantes, hadas… todo un bestiario inspirado en las tarjetas postales y las revistas que llegaban de otros continentes, y distribuía por los hogares en su ruta de cartero. .
Ni arquitecto ni albañil, a partir de un tropezón y una caída fortuita en el lugar en que encontró la primera de las muchas piedras que fue cogiendo del suelo para edificar el palacio de sus sueños, el cartero Cheval aprendió solo el oficio e inventó formas inéditas que la prensa francesa ha relacionado con la obra del catalán Antoni Gaudí; ambos vivieron en los mismos años y a ambos se les incluye entre los “precursores de la arquitectura orgánica y utópica”. La del cartero Cheval es una vida muy cinematográfica, como la tantos otros soñadores; pero además es que pasó por el sufrimiento de perder a una primera esposa y más tarde a la hija que le inspiró la construcción del palacio. Poeta y de alguna manera excéntrico, el actor Jacques Chamblin se ha empapado completamente del personaje demacrado, con un bigote hirsuto y siempre con el uniforme de cartero, un tipo que esconde las emociones. Junto a él, Laetitia Casta, de una belleza espléndida, tierna siempre y distante a veces. De fondo, los paisajes majestuosos del Drôme. “El palacio ideal” es como una excursión por las rocas y los sentimientos.
El tráiler se puede ver en: https://youtu.be/5VMuydEiGl8
BAGATELAS
POLÍTICAS
EL GRAN HOSPITAL
Por Inés España
Yuval Harari* “considera que los países que han ahorrado dinero en los últimos años haciendo recortes en los servicios de salud ahora pagarán mucho más por la epidemia, y añade que una mejor asistencia médica a iraníes y chinos ayudará a proteger a israelíes y estadounidenses.”
Leo el párrafo que transcribo y al mismo tiempo veo en TV la llegada de pateras al puerto pesquero canario de Arguineguín. En esas pateras viajan tres pasajeros: el virus y el miedo y la pobreza. Me pregunto si estaríamos más protegidos que realizando test en un muelle del puerto si al menos a uno de esos tres pasajeros, el del virus, no le hubieran dejado embarcar. Para no embarcar el virus tendríamos que haber construido el “Gran Hospital para la Gran Pandemia” de Madrid en Mauritania, o en Senegal. Además, con su actividad indirecta, el Hospital habría ayudado a que no embarcara otro de los pasajeros, la pobreza. La llegada del virus, allá por las ultimas Navidades que celebramos, nos cogió a todos en gayumbos, y a todas en “culottes”. Salimos del apuro, por el momento, gracias al sacrificio de unos pocos que salvaron la vida de muchos. Ese sacrificio podía haber sido menos letal para enfermos y sanitarios si lo hubiéramos previsto. La previsión consiste en tener en activo a médicos y sanitarios, en número y formación suficiente, y en un almacén de Sanidad el material necesario, convenientemente conservado para soportar la primera embestida de la pandemia. No es una idea nueva. Los ejércitos de todo el mundo lo hacen. Almacenan municiones y bombas, mantienen y conservan armas, aviones y tanques, uniformes, cascos y máscaras antigás; todo ello para resistir un primer ataque. Han calculado esas existencias según las probabilidades del posible conflicto. Construir un Hospital para una próxima pandemia puede ser una buena previsión siempre y cuando, y nadie lo desea, suframos una tercera ola mucho más fuerte que la segunda, dentro de unos meses. Si tenemos suerte y pasan diez años sin ningún episodio, la factibilidad e idoneidad del Hospital se irá deteriorando. Tal vez es una opinión de una servidora, simple diputada de OMC, mi partido, pero las cuentas no me salen. En lugar de un Gran Hospital, un gran almacén y un incremento de sanitarios y de recursos. Por supuesto, enterrar en el sepulcro del Cid la lista de recortes en Sanidad y tirar la llave.
*Yuval Noah Harari es un historiador y escritor israelí, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Entre sus obras se encuentran “Sapiens: De animales a dioses”, “Homo Deus: Breve historia del mañana” y “21 lecciones para el siglo XXI”.
No me resisto a transmitir la siguiente cita: “Cualquier enfermedad importante cuyos orígenes sean oscuros y su tratamiento ineficaz tiende a hundirse en significados”. (Susan Sontag en los ochenta, cuando el flagelo del SIDA)
ESQUINA SUR: MÚSICA
Por Julia Blanc-Sec
43 años después, un rapero pone de moda « Dreams »,
de Fleetwood Mac
Un vídeo casero, grabado por un rapero y subido a la red Tik Tok, ha hecho que el legendario grupo angloamericano Fleetwood Mac haya encontrado una nueva generación de fans en pleno siglo XXI. Los miembros del grupo creado en 1967 han visto sorprendidos cómo una de sus canciones más emblemáticas, “Dreams”, entra en la lista de los singles más vendidos de la revista Billboard cuando se han cumplido 43 años de su primera publicación. El autor del milagro es un rapero de 37 años llamado Nathan Apodaca, y conocido en las redes con el pseudónimo “Dogface 208”, que un buen día se grabó subido en su tabla de patinar, sonriente con un botellín de zumo de arándanos en la mano, cantando en playback “Dreams”, el éxito de 1977 de Fleetwood Mac, escrito e interpretado por una de las voces del grupo, Stevie Nicks. El vídeo de « Dogface 208 » ha tenido más de 8 millones y medio de visitantes, ha colocado la canción original en las listas de éxitos y ha hecho de Nathan Apodaca una estrella de Internet. Además, a la gente ha gustado su historia: trabaja en un almacén de patatas de Idaho, en el noroeste de Estados Unidos, y ese día acudió al trabajo en su skate porque el coche estaba averiado. Ahora, los más jóvenes conocen a Fleetwood Mac y escuchan al grupo en las plataformas. Uno de los fundadores, Mick Fleetwood, se ha abonado a Tik Tok y ha rendido homenaje a “Dogface 208” grabándose, cantando “Dreams, subido a un skate con un botellín en la mano. En octubre pasado, la televisión pública británica BBC organizó un encuentro a distancia entre Nathan Apodaca y Mick Fleetwood, quien le dio las gracias en nombre de todos: “¡Ha sido tan feliz y divertido!... Es una historia formidable que está provocando sonrisas en mucha gente, y actualmente tenemos mucha necesidad de sonreír. Espero que podamos conocernos”.
Mick Fleetwood ha rehecho "Dreams" a la manera en que lo ha interpretado « Dogface 208 ». El resultado es que el tema ha entrado en el lugar 21 de la lista de los Hot 100 de Billboard, la misma que encabezó en 1977, año en que salieron el single y el álbum « Rumours », del que formaba parte. La canción « Dreams » volvió a escucharse en la radio en 1997; en aquella ocasión se trataba de una versión del grupo irlandés The Corrs, que estaba muy de moda. En los siguientes enlaces se pueden escuchar la canción original, la versión del rapero estadounidense y la versión que ha hecho Mick Fleetwood actualmente.
https://youtu.be/A9TczekUE3M versión original de 1977
https://youtu.be/OtzVKUCZE5w versión de “Dogface 208”
https://youtu.be/cGBA088ypJ0 versión actual
de Mike Fleetwood
ESQUINA
ESTE: CIENCIA Y TECNICA
Por Prof. Arcadio Funset
Es tiempo de lectura ya que poco más se puede hacer. Para lectores compulsivos como yo, bendigo el tener más tiempo que nunca para poder leer.
A través de una colega, medio francesa, me llega este artículo de Arno Landrakin* Para mi elevado intelecto me parece un artículo menor pero como es un tema utilizado para debatirlo en tertulias de seis, como opción al virus, a Trump, a los presupuestos…, me atrevo a transcribir aquellas partes que pueden interesar a los tertulianos españoles. Como es lógico Arno se refiere a Francia, pero son historias paralelas esto de desorientar al cucú de los relojes de nuestros abuelos.
El último cambio de horario en Francia fue el domingo 25 de octubre. Eran las 3 de la mañana y para dormir una hora más se pusieron los relojes a las 2. En España, en ese mismo momento y día, los noctámbulos hicieron idéntica operación, ya que según MOVISTAR todos nosotros estamos en la hora standard oficial de la Europa central. Esta manía de cambiar la hora en los comienzos del tiempo invernal o veraniego viene de antiguo. Ya en 1784 al bueno de Benjamín Franklin, aprovechando que estaba de visita en el periódico “Le Paris”, se le ocurrió que si cambiaban el horario podían ahorrar energía. De paso, si todas las campanas tocasen a rebato al amanecer, los parisinos se levantarían a la misma hora. En ese momento nació la hora punta. Una idea rechazada sobre todo por los labriegos que entonces eran mayoría. Ellos, con mirar el sol ya estaban en hora. Aunque entre los labriegos franceses con boina del Oeste y del Este había una diferencia de 50 minutos. Lo de que, entre cebollas y lechugas unas maduraran 50 minutos antes, no era ningún problema. Pero un siglo después llegó el tren, llegó el poder enviar telegramas, y el que una diferencia de tiempo en el conocimiento o aplicación de un papel de negocio podía ser vital para algún espabilado mercachifle. Se decidió que todo el país tuviese la misma hora y, con gran anticipación a lo que vendría después, se dejó de vivir cara al sol.
La hora de París se convirtió en la hora nacional en 1891, (Como no había autonomías no hubo discrepancias) El mismo proceso tiene lugar en diferentes pases del mundo, y las diferencias de escala de tiempo entre los países se diferencian, ya que cada país se refiere al meridiano que tienen más a mano: Alemania, el 30 de abril de 1916, durante la 1ª Guerra Mundial, introdujo el cambio según las estaciones. Unos días después, el 21 de mayo lo estableció el Reino Unido, ya que era un desmadre de guerra con dos horarios diferentes. En Francia se propuso en 1916 y se votó en 1917. En USA lo hicieron en 1918. En España a las 23.00 del día 15 de abril de 1918 se adelantó una hora, conforme a un Real Decreto. El cambio se acogió en unos casos con alegría, y en otros con suspicacias. Las explicaciones de las autoridades complicaron mas el tema. Lo de aprovechar la luz natural, y así ahorrar carbón y energía eléctrica, chocaba con los tradicionales que siempre hacían el amor con sus castas esposas a las 22 horas de cada sábado, y ahora lo tenían que hacer una hora antes. Hubo algaradas y cencerradas, antecedentes de las actuales caceroladas. En otros sitios hubo palmas y vivas. Como en los toros. En Francia el cambio horario es responsabilidad del Observatorio de Paris, que se encarga de establecer y vigilar el tiempo legal en el país, empleando los relojes atómicos del laboratorio nacional de metrología LNE-SYRTE**. Todo el mundo tiene que avanzar su reloj una hora cuando florece la primavera y en otoño, al ver la caída de las hojas, revertirla. El Observatorio de París cambia automáticamente, tanto en los relojes modernos como en los más avanzados, sincronizados por el protocolo NTP de los ordenadores. En España, me temo que sea responsabilidad del Gobierno y por eso vamos ligeramente retrasadillos.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, comunicó al canal alemán ZDF que plantearía la supresión, en toda Europa, de los cambios de hora, y fijaría el horario de verano. El Parlamento Europeo había dictado una resolución que consideraba que el cambio horario cada seis meses tenía efectos negativos para la salud. En febrero de 2018, la Comisión Europea recibió la petición de encargarse de evaluar el impacto que tenía el cambio de hora dos veces al año, y su posible supresión. De hacerlo así, durante medio año los gallegos se levantarían en noche cerrada y los polacos con el sol del mediodía. De todas formas, 6 de cada 10 españoles apuestan por no tener que volver a cambiar la hora. El tema puede dar para otro artículo. De cómo en la 2ª Guerra Mundial, por las circunstancias bélicas y otras causas políticas, algunos países adoptaron horarios no congruentes con su situación geográfica. Y de cómo hasta la crisis del petróleo, en 1973, no se volvieron a plantear los cambios de horarios. También es interesante revivir el porqué de los meridianos de referencia.
*Arno Landrakin Director de Investigación del CNRS y Director del Laboratorio de Sistemas de Referencia Espacio-Tiempo del Observatorio de Paris (CnRS/Universidad de Sorbona/UPMC/LNE), Observatorio de Paris
** En 2016, este tiempo de referencia tiene una precisión de 0,000000001 segundos. En este sentido, el segundo se define desde 1967 como "la duración de 9.192.631.770 períodos de radiación correspondientes a la transición entre los dos niveles de hiperfino del estado fundamental del átomo de cesio 133".
EL ÁTICO
Por Aloisio Vásquez de Ras
Me pasa el director una carta con un contenido curioso y eminentemente técnica. Aprovecha para hacer gala de sus conocimientos del santoral y me dice los días del año en que se celebra su festividad. Falla en algunos, pero hay que perdonarle ya que no está para tantos menesteres memorísticos. Me ordena no acotar esta colaboración, por un respeto al autor, y que no añada un nombre raro mas como es el mio.
NOMBRES PROPIOS RAROS
Por Juan Manuel Gentilhombre
Todos seguramente nos hemos encontrado a lo largo de nuestra vida con nombres propios raros o inusuales (independientemente de que tuvieran, o no, detrás un santo patrón, como se llevaba en tiempo.
Voy a mencionar unos pocos. Uno de ellos es un nombre familiar: a él me referiré al final.
Vitilio: Coincidí en el colegio, en Salamanca, con un zamorano llamado Vitilio, muy buena persona, a quien, sin embargo, le hicieron a veces crueles bromas con su nombre (incluyendo entre los autores a algún profesor de la época). Las mortificaciones aumentaban si le mencionaban que tenía un hermano de nombre Emigdio y una prima cristianada como Diamantina.
En los primeros años 60, estudiando en Madrid la carrera, tuve un
compañero de nombre Leovigildo, sacerdote salesiano a mayores. Tener un
cura en la clase en aquellos tiempos era bastante raro. Sucedió, además, que un
profesor de pintoresco apodo, tras proclamar con voz tonante que allí no
copiaba ni Dios, le echó una vez de un examen semanal al sospechar que ocultaba una chuleta bajo los pliegues de su
amplia sotana.
Ya trabajado en mi primera empresa, en los años 80, coincidiendo con el
esplendor económico-social del presidente a la sazón de Banesto, me visitó una
vez en mi despacho un personaje llamado Zaqueo (a mí me sonaba el nombre
de los evangelios), que estaba muy bien relacionado con aquel banco. Estuvimos
reunidos un buen rato, tratamos de asuntos que luego no tuvieron continuación
(al menos, que yo sepa) y finalmente desapareció de mi horizonte profesional.
Otro caso es el de un compañero - cliente - de mi última etapa laboral. Se llamaba Ramsés, aunque descubrí por casualidad que tenía además otro nombre más “clásico”, que, al menos en su relación conmigo y con mi empresa, jamás usaba. El nombre es egipcio, pero él era español, sus apellidos eran españoles – el segundo, García – y trabajaba en una empresa eléctrica del norte de España, después absorbida por una gran compañía italiana. Tuvimos bastante contacto, sin llegar a la amistad, pero manteniendo un trato agradable, fluido y de confianza. Posteriormente ascendió a posiciones más elevadas, de lo cual me alegré mucho.
Por último, pero no menos importante, el primer “nombre raro” que me
encontré en mi vida fue el de mi abuela materna, Emérita, que yo
conceptuaba entonces como de los más singulares de mi pueblo. Mucho tiempo después aprendí que, añadiendo a
su nombre la eufónica y solemne palabra “Augusta”, servía para referirse, por
lo fino, a la importante ciudad de Mérida, capital de Extremadura.
(Revisión de un escrito de febrero de 2009)
DESTELLOS DE MI MUNDO
Por Marta Díaz
PERSONAS MAYORES QUE NO
ESTEN SOLOS
Las
personas mayores no deberían estar solos, necesitan nuestras compañía y alegran
los corazones
Nos
hacen muy felices cuando cuentan historias, o les hacemos compañía, jugamos con
ellos, etc.
Se
pasa muy bien y ellos también.
A
muchos de vosotros, os gustan las historias, y recordar viejos tiempos de la
juventud, cuando vivían nuestros abuelos y eran más jóvenes.
Marta es voluntaria de la Cruz Roja para acompañar a los
ancianos en las Residencias.
Ahora tiene suspendida esta actividad que añora
AL DIRECTOR QUE LE DEN
Sr. director
Encuentro esta
composición muy de los tiempos actuales y además es ingeniosa
Si está de acuerdo la
publica en la sección que quiera
Sr. director;
Me entero de que la pandemia ha reducido las expectativas
de vida de los varones españoles, en 0,9 años. O sea que voy a vivir 10,8 meses
menos. Es una pasada
Don Hipocondriaco Heparina
GALERIA DEL SOUVENIR
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| Mi hermano escalando como primero de la cordada |
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| Los dos hermanos pescando allá por los años 60 |
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Cumplí mi sueño de estar en Heildeberg en el año 66 |
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El albergue juvenil de Navacerrada desde la ladera de la Bola del mundo |
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| Chorrito de agua en Islandia |
El noctámbulo, nº 62 /5ª Época /14 de noviembre de 2020 Página 19
Cumpliendo
la reglamentación vigente, señalamos que el Propietario y Director de El
noctámbulo y de Posada Literaria es el señor don Luis Díaz Garrido, mayor de edad en exceso,
español. luisdiazgarrido1@gmail.com



































