Informativo
amplio Edición Hoy lunes12
de julio de 2021 nº 86 Precio: 4 reales
El cielo azul sin nubes, lo mancillamos con una torre negra
SUMARIO
1.
Aquelarre de
actualidad
2.
Testimonio de
vida
3.
Mundo abierto
4.
Cajón desastre
5.
Esquina
Oeste, Cine: La mujer del espía
6.
El buen vivir: Su
majestad el ajo
7.
Esquina Sur,
Música: Louis Armstrong
8.
El ático
9.
Destellos
de mi mundo
10.
Leyendas
Urbanas
11.
Al
director que le den
12.
Galería de
souvenir
"Tengo pocos principios pero, eso sí,
flexibles".
Atribuido al canciller alemán Gerhard
Schröder.
AQUELARRE DE LA ACTUALIDAD
Laus Deo: No parece que pase el tiempo. Nos reunimos con otra ola en ciernes
Marelvis: Ahora con un
rebote que viene de la India y que llaman la cepa “delta”
Inés: Hija, tú siempre
hablas la primera. Será por la edad
Lewis: A cada cepa le
están poniendo el nombre de una letra del alfabeto griego
Juan: El alfabeto griego
solo tiene 24 letras
Luigi: Pues ya llevan
cinco o seis
Lewis: Está desorganizado
esto de bautizar cepas
Inés: Use con propiedad el
idioma. Las cepas no se bautizan que eso es un sacramento
Lewis: Bueno, pues que
ordenen como nombrarlas
Arcadio: Sencillamente, si
hubieran añadido un número al nombre Covid 19 ahora sabríamos cuantas hay, y
cuál es la última
Juan: También podían
nombrarlas como a los huracanes y tifones. Alternativamente con nombres
femeninos y masculinos
Aloisio: ¿Y el mío donde
entraría?
Inés: Deberíamos nombrar a
un santo para cada cepa y así acabarían con ella, con la intercesión divina.
Marelvis: Pero no serían
adecuadas las santas madres abadesas
Lewis: Tendrían que ser
santos guerreros como San Jorge, que en su día alanceó al dragón
Luigi: Mejor la versión
hispánica del Señor Santiago, que le llamaban matamoros
Arcadio: Ese apelativo es
políticamente incorrecto.
Inés: Podíamos rogar a San
Expedito, que como su nombre indica acabaría enseguida con el virus
Juan: San Expedito estaría
muy bien. Fue militar romano, comandante de la Legión Fulminata y murió decapitado;
pero su culto es “tolerado y no admitido” ya que ha estado entrando y saliendo
de los listados del martirologio romano
Luigi: O sea que le han
aplicado un ERTE. Si lo hace bien le llamaremos San Expedito matavirus.
Ludwig: En Madrid son riquísimos
unos dulces llamados huesos de San Expedito
Luigi: Hay que tomarlos
con una copita de Anís del Mono, y no con cerveza como hace usted.
Juan: Es más complicado esto
de los santos. Si se acaba el alfabeto griego habrá que recurrir a otro
Ludovic: Кириллический
алфавит шире El alfabeto cirílico es más amplio
Lùyìsī: 更廣闊的是中國人 Mucho
más amplio es el chino
Arcadio: Confiemos en que
no tengamos que agotar ningún alfabeto
Lewis: El chino se apunta
a ponerse medallas, pero se olvida de que su idioma no tiene letras sino
caracteres
Juan: Que se lo digan al
informático que tuvo que hacer el teclado de un PC en chino
Arcadio: Pues lo hizo en
chino simplificado, y no en mandarín
Director: ¿Querrían
ustedes dejar de presumir y volver a lo de las cepas?
Clovis: Me he perdido. ¿Se
refieren a cepas de vino?
Inés: Usted cállese que es
un borrachín con tanto pontificar sobre el vino
Marelvis: No hay que
ponerse borde con el chico.
Aloisio: A mí me cae muy
bien
Ludwig: Otra cosa sería
rara
Juan Con esto de los alfabetos
nos hemos olvidado de lo importante que es la proliferación de tantas
mutaciones del virus. Parece la historia interminable
Inés: Interminable porque
queremos. Si en los botellones diéramos con las botellas en las cabezas de los
asistentes, se acababan los contagios
Ludovic: Эта тетя у вас
есть немного осла. Esa tía que tienen
ustedes es un poco burra.
Inés: Usted se calla que
no está bautizado
Ludovic: Ты запуталась. Я
крещен православным обрядом Se confunde
usted. Estoy bautizado por el rito ortodoxo
Inés: Eso ni es rito, ni
es nada, Aquí lo que vale es la doctrina de Trento
Juan: Si no me equivoco
intentábamos hablar del contagio entre jóvenes
Lewis: Posiblemente la
desescalada tenía que haber esperado a un porcentaje más alto de vacunados,
sobre todo entre los jóvenes.
Marelvis: No nos deben
culpar a los que somos jóvenes. Los carrozas y los ancianos invaden los bares y
se van a dormir pasadas las dos de la madrugada, con copas de más.
Lewis: También, y
demasiado deprisa, hemos aceptado la llegada de turistas británicos que vienen
hasta las cejas del virus de su cepa autóctona.
Aloisio: En esto de tener
cepas propias, ¿habrá influido el Brexit?
Arcadio: Por favor júntese
usted, en el mejor sentido, con Clovis, porque ninguno de los dos tiene ni idea
de dónde viene el aire.
Ludovic: Я обеспокоен
ситуацией в моей стране Me preocupa la
situación de mi país.
Juan: Verdaderamente se ha
desmandado en los últimos días.
Lewis: Pero eso está
ocurriendo en toda Europa
Marelvis: ¿Alguien se
acuerda de los países del tercer mundo?
Juan: Creo que en su
totalidad solo está vacunado el 1% de la población
Lewis: Eso es una bomba de
relojería. Hasta que no esté vacunado el mismo porcentaje que en los países
ricos, se seguirán produciendo cepas nuevas, mutaciones del virus aprovechando
las condiciones higiénicas y sociales.
Aloisio: ¿Usted separa lo
higiénico de lo social?
Director: Buena pregunta,
pero no es para hoy. Nos veremos en el próximo Aquelarre
Inés: Amén
Laus Deo:
Que así sea
REFLEXIONES
TONTAS
Por Juan Quintín
Me
ha costado trabajo cumplir con mi compromiso de redactar esta columna. Tanto es
así que ha retrasado la edición del número. Pido disculpas.
El
caso es que me senté con mi buen amigo el profesor Arcadio y, dándole tientos
al botijo con tintorro, se nos pasó el tiempo.
Yo
me encontraba en la crisis, casi menopáusica, de pensar si mi retahíla de
incidencias veraniegas podían interesar o no al personal. Arcadio, por su parte,
sufría de lo que él llama síndrome de la prostitución espacial.
Mi
contacto con el espacio comenzó con una sesión cinematográfica en el Cine
Coliseum de Madrid cuando, acodados en la primera fila de la platea, mi familia
y yo asistimos al primer espectáculo de la Guerra de las Galaxias.
Aparte
de lo espectacular y el uso de los efectos especiales, se me abrió en la mente
la idea de conocer más el Espacio. Lo
pongo en mayúscula porque su impresión, en mi imaginación, es como una idea
mayestática.
Pensar
en los miles de millones de estrellas y galaxias, en agujeros negros, y darse
cuenta de que nuestro sistema solar es un puntito de luz entre la infinidad del
Universo no deja de tener un calificativo que el profesor comparte, pero que no
me deja escribirlo por ser malsonante.
Esta
fiebre de conocer lo que nos rodea, aunque sea a millones de año luz, me hizo leer
publicaciones y libros. Me apunté a unas conferencias impartidas por un grupo
de Astronomía, a las que no pude ir y hasta llegué a tener la idea de
matricularme en la Universidad para seguir los cursos de Astronomía.
Con
los años, como tantas otras cosas físicas y mentales, mi deseo de conocimiento
del Espacio se fue diluyendo y arrugando.
Hoy,
departiendo con el profesor compartiendo un salchichón de Vich y un buen vino
del Priorato, criticamos la situación actual manchada por ese anuncio de un
multimillonario de viajar al espacio a golpe de talonario. Arcadio considera
que es un acto de prostitución de un espacio que debiera considerarse virgen de
manipulaciones económicas.
Lo
cierto es que a este buen hombre millonario le van a dar un saltito de 400 km.
que, comparado con los años luz de las distancias siderales, parece una coña
marinera.
Pero
para ello suelta un pastón, que por supuesto piensa recuperar con la expansión
de su negociete de viajes turísticos espaciales. Eso es lo que pone de los
nervios al bueno de Arcadio. Los recursos deben ponerse al servicio de la
investigación, del desarrollo de tecnologías que nos permitan a los humanos
expandirnos. Los dos somos conscientes de que, en el futuro, muchos de nuestros
descendientes vivirán en planetas extraños y trabajarán en extraer de ellos los
materiales que hemos agotado en la Tierra con nuestro exagerado vicio
consumista.
No
es el momento de tontunas turísticas. No es el momento de crear resorts
exclusivos espaciales.
Pensamos,
por otra parte, que, para el salto al espacio, para el impulso necesario, hay
que tener los pies afianzados en una Tierra, en una Humanidad, con un nivel de
vida satisfactorio e igualitario para todos los seres humanos. Saltar desde el
desastre actual de esta humanidad insolidaria y enfrentada en guerras
partidistas y económicas es abocarnos al fracaso, o en el peor de los casos a expandir
nuestros errores a otras galaxias, o planetas.
Gastarse
millones para satisfacer un capricho mientras hay seres humanos sin vacunas. y
sin el pan nuestro de cada día, deja de ser una anécdota reprobable para
convertirse en una maldad innecesaria.
MUNDO ABIERTO
Por Marelvis Orellana
Vuelvo a mis
temas de asuntos sociales en las diversas empresas en las que he trabajado.
Hablé del
economato de la fábrica toledana, pero este caso
no era único.
No lo viví, pero
me cuenta Juan su primera experiencia en recoger productos alimenticios sin
tener que presentar la cartilla de racionamiento. Fue en un economato que, allá por el año 1950, puso en funcionamiento para los
trabajadores de sus empresas el entonces llamado Instituto Nacional de
Industria, conocido familiarmente como INI. Juan dice que, con casi avaricia,
ayudó a llevar los paquetes de alimentos hasta su casa.
En muchas
empresas existían economatos, en algunos casos subvencionados y que, según mis
notas, fueron efectivos en tiempos en los que pensar en dietas de
adelgazamiento era blasfemo.
En la fabrica
andaluza en que colaboré cuando Lewis la dirigía y requirió mis servicios de
relaciones humanas había existido un economato, que fue muy apreciado por sus
trabajadores. El anterior director, un excoronel (que, por cierto, años antes
había tutelado desde su posición de veterano en la Academia General Militar al
novato del hermano de Juan), lo había clausurado debido a la bonanza de la
economía. Decir excoronel es un contrasentido, cualquier militar, de cualquier
ejército, nunca es ex. El espíritu militar integra toda su vida y no puede ser
excluido de ella. Por tanto, el ex no es procedente.
Los trabajadores
de esa fábrica formaban un colectivo muy unido y defensor del buen
funcionamiento de la planta. Me asombró que incluso habían formado un grupo de
inversores que, con cuotas mensuales, engrosaban un patrimonio común basado en
productos de la Bolsa. En ese patrimonio, como es lógico, figuraban acciones de
la empresa propietaria de la fábrica. Pues bien, ese colectivo se empeñó en la
defensa del economato y al final el acuerdo fue conservar la costumbre, o mejor
dicho la tradición de, en Navidad, repartir a cada familia de los trabajadores
un pollo, unos turrones y otros productos navideños, entre los que no faltaba
una botella de vino oloroso o generoso.
Algunos decían
que, cuando los beneficios de la empresa, en el ejercicio habían sido buenos,
el pollo era más gordo.
Por Cortazar, jr.
La
maleta con ruedas, “cosa de mujeres”
« Jezabel »,
un blog del canal de televisión latino Univisión dedicado a las mujeres, se
hace eco de la publicación del libro « Mother of Invention : How Good
Ideas Get Ignored in an Economy Built for Men », de la ensayista sueca
Katrine Marçal, en el que explica cómo, a lo largo de la historia, algunos inventos se rechazaron porque
parecían «impropios en un mundo pensado para hombres ».
Entre
ellos está la maleta con ruedas que apareció en las tiendas en 1972 pero que,
en realidad, se inventó mucho antes, exactamente en la década de 1940 cuando,
para ganar en rapidez e independencia,
« las mujeres que viajaban habitualmente adoptaron la costumbre de
colocar en el bajo de sus maletas pequeños artilugios para hacer que rodaran”.
Una posibilidad que los hombres ni se plantearon.
Katrine
Marçal recoge en su libro el caso de la carta enviada por una mujer británica
al periódico de su localidad en 1967, en la que explicaba que el conductor de
un autobús le había obligado a sacar otro billete para su maleta con ruedas con
el argumento de “cualquier cosa sobre ruedas se considera que es un paseante”.
Lo
mismo que llevar perros pequeños, hasta hace nada muchos hombres consideraban
que arrastrar una maleta con ruedas les
hacía parecer “insuficientemente masculinos”. Y, como la idea de que una mujer
viajara sola se consideraba una aberración, lo habitual es que junto a una
viajera hubiera siempre “un marido, amante, novio o amigo, que le llevaba la
maleta” (ninguna similitud con lo de “llevar el cesto”, sinónimo de “carabina”
testigo de escarceos amorosos).
Parece ser, según la ensayista, que efectivamente hubo que esperar hasta 1972 para que los grandes almacenes y los negocios especializados comenzaran a vender maletas con ruedas, y para que empezaran a comprarlas los hombres tanto para regalar a sus novias, esposas, amantes y amigas, como para ellos mismos.
Son
millones las espaldas de los viajeros de todos los sexos imaginables
agradecidas a la maleta con ruedas.
La alegre Buhardilla
Separata
cultural Edición conjunta El noctambulo 12 de julio 2.021 nº 86 Precio: 4 reales
Por
Julia Blanc-Sec
"La mujer del espía" de Kiyoshi
Kurosawa, melancólico thriller conyugal con fondo de guerra
“Un espía puede elegir qué hacer, pero la mujer de un espía tiene que
soportar una cruz” (Indiewire)
Ambientada en la Segunda Guerra mundial, “La mujer del
espía” nos lleva a Japón, exactamente a la noche anterior del estallido del
conflicto cuando el comerciante del puerto de Kobe Yusaku Fukuhara decide
viajar a Manchuria con su sobrino, dejando a su mujer, Satoko, en casa. Cuando regresa de China no parece el
mismo, actúa de forma extraña y la mujer se pregunta qué pasó mientras estaba
fuera de y si le habrá engañado. Tras el malentendido inicial, la esposa
descubre lo ocurrido y decide convertirse en la protectora de su marido.
Aplaudida por una parte de la crítica internacional
como la mejor realización de Kiyoshi Kurosawa en los últimos –autor en 2008 de
la obra maestra “Sonata de Tokyo”, y convertido después en el autor esotérico
de un par de dramas sin interés-, y “decepcionantes” para algunos- “La mujer del espía” es un discreto y elegante melodrama en la estela
de Hitchcock, que habla del amor, la lealtad y los crímenes de guerra y que,
pese a un suspense inicial, finalmente se demuestra una historia previsible
aunque interesante, y muy correctamente interpretada. En la trama están también
el Japón que camina hacia la modernidad, y un homenaje al cine en la cámara con
que el protagonista rueda tanto la ficción del matrimonio de espías, como el documental
de los horrores que presenció en su viaje.
El tráiler de “La mujer del espía” se puede ver
pinchando en:
PARADA Y FONDA
EL BUEN VIVIR
SU
MAJESTAD, EL AJO
Por Luigi Palatino
"Que la comida sea tu medicina, y la medicina tu comida". (Hipócrates)
Con esta sentencia, un alfarero amigo decoró los platos que utilicé en un almuerzo del Colegio Manchego de Boticarios
En aquel almuerzo elaboré un menú
a base di aglio, coltivato nella
regione della mia trattoria.
Los
comensales lo agradecieron, aunque estuvieron varios días hablándose a
distancia y al micrófono utilizado por los ponentes hubo que bañarlo varias
veces con detergente.
Empecé
con una sopa de ajo cuya receta proviene de los tiempos de hambruna en la Edad
Media.
Para
mojar puse pan de ajo a la usanza italiana, y para untar un buenísimo y
fortísimo alioli que levantaba la boina.
Como
el almuerzo fue en tiempos de Cuaresma, el plato fuerte fueron lomos de bacalao
al horno sobre lecho de pisto manchego y bañados ligeramente en una muselina de
ajo
El
postre, unos pestiños pintados en una especial miel de romero y ajos negros.
Como
me gusta aparentar ser persona culta, os diré que el ajo es el “allium
sativum”, de la familia de las liliáceas y no se conoce en estado
silvestre. Alguien, hace 7.000 años, se lo llevó en el regazo desde su origen
en Asia occidental y lo introdujo en las tierras de la cuenca del Mediterráneo,
donde se cultiva desde entonces
Juan,
mi invitado gorrón, dice que de jovenzuelo leyó una versión para adultos de
“Las mil y una noche” y en ella se narraba el episodio de un joven agasajado
por las mozas de un harem, que tenían su noche libre y le ofrecieron diversas
frutas entre ellas dientes de ajos ya pelados. El joven se puso morado porque
no los había probado antes, pero cuando llegó el momento de actuar las mozas
huyeron de su aliento y le castigaron azotando con ramas de sauce y fresno su
cuerpo desnudito.
Es
decir, no solo los fenicios, también los griegos y los romanos ya eran
aficionados lo mismo que los árabes de los tiempos de Mahoma. Los cristianos,
que solo se bañaban en Pascua Florida, debían también usar el ajo como
cobertura. Actualmente la mascarilla favorece el consumo del ajo.
No
solo es sabroso y nutritivo. Los adictos dicen che cura il freddo y que
previene de las temerosas enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas,
así como del cáncer. He conocido adictos que llegaron a tener “mono” de ajo.
A
mis pinches de cocina, todos con contrato semanal, les hago que piquen,
maceren, majen en mortero, y sofrían y pochen ajos. (Tiene mucho éxito mi
receta de ajo caramelizado).
No
hay bicho comestible que no admita y hasta agradezca que se le añada ajo.
Incluso en sopas y verduras. En su tiempo, en una entrevista que le hicieron
porque también era famosilla, la esposa
de un afamado futbolista inglés que trabajaba en el Real Madrid, a la pregunta
de si le gustaba España dijo que no por la manía de comer ajos hasta en los helados,
y que concretamente Madrid era una ciudad que solo olía a ajo. La alcaldesa de
entonces se puso muy contenta, porque mantenía un conflicto por la
contaminación y así podía argüir que los gases de ajo no eran contaminantes. En
aquella entrevista, un reportero le aconsejó, no a la alcaldesa sino a la
entrevistada, una receta para calmar su disgusto, el tradicional “Ajo y agua”
que tradujo como “A jo… y aguantarse”
Los
boticarios del almuerzo me dijeron que l’aglio tiene propiedades
antioxidantes y actúa desintoxicando el cuerpo de los metales pesados, debido a
que contiene mucho azufre. Lewis dice que ha observado cultivos de ajos en
terrenos próximos a canteras de yeso. Comer ajo todos los días es saludable y
recomendable. En culturas antiguas como la indostánica, la china, la egipcia o
la romana, se consideraba alimento útil para reducir la fatiga y mejorar la
capacidad de trabajo. Los huesos y el corazón se benefician también, y en el
deporte se consiguen mejores resultados. Existen registros que atestiguan que
ya lo consumían los atletas en la antigua Grecia, capaces de encender la
antorcha olímpica de un soplido.
El
Gengis-Khan se privaba con el yogurt de ajo. Así luego no crecía la hierba.
Según
destaca Healthline, web de información al consumidor sobre salud
supervisada por un equipo de expertos en medicina que cuenta con más de
65 millones de lectores, entre los que me cuento a causa de mi hipocondría
congénita, el ajo tiene una elevada densidad nutricional, pero en cambio muy
pocas calorías
Gracias
a su acción antioxidante, el ajo tiene capacidad de prevenir el Alzheimer y la
demencia. Sus nutrientes apoyan los mecanismos de protección del cuerpo contra
el daño oxidante causado por los radicales libres y responsable del
envejecimiento celular, o el deterioro cognitivo. Los efectos combinados del
ajo sobre la reducción del colesterol y la presión arterial son evidencias
científicas contrastables.
Si
me encargarán hacer el logo o el e-mojí de la dieta mediterránea, lo
simbolizaría con la figura de un aglio sorridente.
Juan
dice que en su biblioteca había un libro, que adquirió cuando sus trabajos
iniciales en Miranda de Ebro, titulado “A la salud por el ajo y el limón”. No
figuraba en el título el agua pero el autor, que debía ser un sádico,
aconsejaba en sus páginas duchas diarias de agua helada sobre las partes
pudendas. (El temblor de manos de Juan debe proceder de esas prácticas).
Me
viene a la mente otra aplicación importante del ajo, la de ahuyentar vampiros.
Drácula lo pasaba mal cuando le agitaban aglio sul naso. La Inés dice
que va a presentar un proyecto de ley para colocar ristras de ajos en sitios
estratégicos del hemiciclo.
Un
consejo para pelar ajos es meterlos en un frasco de cristal con tapa y agitar
el frasco como una coctelera, o como unas maracas si tenéis sentido del ritmo.
La tapa del frasco es imprescindible.
ESQUINA
SUR: MÚSICA
Por Julia Blanc-Sec
Elegía para Louis Armstrong
Cualquier momento es bueno para hablar de Louis Armstrong. Por eso, que casi coincidan la fecha de su cumpleaños (este 4 de agosto tendría 120 años) y el 50 aniversario de su muerte (de julio de 1971), es una excusa tan buena como cualquier otra para recordar a uno de los grandes músicos del siglo XX y una de las grandes, enormes figuras del jazz, el trompetista irrepetible de voz grave y rota (debido a un edema y a la hipertrofia de las “falsas cuerdas vocales”, una anomalía genética que hace que todavía hoy su timbre sea inmediatamente identificable).
Louis Armstrong, cariñosamente conocido como “Satchmo”,
literalmente “boca de alforja” -apodo que le puso un periodista de la
revista británica “Melody Maker”,
una publicación entrañable que apareció semanalmente desde 1926 hasta diciembre
de 2000- por su manera particular de colocar la boquilla sobre sus
enormes labios, antes de alcanzar la fama fue un niño pobre en un suburbio de
Nueva Orleans, un niño negro en una sociedad racista, hasta que alguien le compró
su primera trompeta.
Nacido en Louisiane, Nueva Orleans, en 1901, fue
educado por su abuela, su madre y los sucesivos padrastros que desfilaron por
aquel hogar. En 1913, el día de Año Nuevo, Louis cogió un revólver que había en
la casa y, para impresionar a sus amigos, hizo un disparo al aire. Un policía le detuvo y fue enviado al Colored Waits
Home for Boys, un correccional para chicos negros donde paso año y medio,
aprendió a tocar la trompeta y formó parte de la orquesta.
A la salida, con quince años, estudió música y durante
un tiempo trabajó sustituyendo a los trompetistas que tocaban en los riverboats, los barcos de vapor que
hemos visto en tantas películas surcando el Mississippi.
En Nueva Orleans, un conocido músico, King Oliver, le
da clases de trompeta y reconoce el talento del joven Louis a quien, en 1922,
ofrece un puesto en su orquesta que actúa en Chicago, la ciudad donde el jazz
comenzó a despegar. Juntos graban algunos discos y el nombre de Armstrong
empieza a sonar entre los entendidos. En la orquesta conoce a Lil Hardin,
pianista clásica, que fue su segunda mujer y tuvo un papel crucial en la
formación, personal y profesional, de Louis Armstrong.
Su trompeta y su voz se hicieron muy populares en los
ambientes de jazz de los años veinte. La película «Nueva Orleans» le
proporcionó la popularidad que necesitaba para llegar a un público más amplio.
A partir de 1943 le acompañaba su propia banda, a la que bautizó como All
Stars, porque todos eran grandes músicos.
Cada vez más apreciado por su evidente talento con la
trompeta, Louis Armstrong decide formar su propio grupo –en principio los Hot
Five y después los Hot Seven- con los que se convierte en una estrella
nacional. Animado por el éxito, decide probar fortuna fuera de Estados Unidos y
efectúa una primera gira en Europa en 1932: mal organizada por su manager de la
época, una especie de gánster irlandés llamado Johnny Collins, fue un fracaso.
Un año más tarde atravesó de nuevo el Atlántico para actuar en el Reino Unido,
Francia, Noruega, Italia…dos años ganándose al reducido pero importante público
de los clubs de jazz que empezaban a surgir en todas las ciudades.
De regreso a Estados Unidos en 1935 la venta de sus
discos se disparó gracias a la aparición de las máquinas que funcionan con
monedas en muchos establecimientos y al importante papel que jugaba la radio: A
partir de 1943 se convirtió en habitual de muchas emisoras, lo que sin duda fue
un impulso para dar el salto al cine y aparecer en películas como “Artistas y
modelos” (de Raul Waldh, 1937) y “Alta Sociedad” (de Charles Walters, 1056),
junto a Grace Kelly y Frank Sinatra. En º857 protagonizó el documental
autobiográfico « Satchmo the Great ».
Satchmo convirtió su forma de tocar la trompeta en un
estilo muy personal, y sus actuaciones, secándose continuamente el sudor con un
gran pañuelo, en verdaderos espectáculos. A veces acompañado por otros grandes
como Ella Fitzgerald, Bing Crosby o Bessie Smith, realizó actuaciones
inolvidables. Su tema «What a Wonderfull World», una canción sencilla, muy
corta (apenas dos minutos) y con una melodía pegajosa, tuvo en su voz una
repercusión pocas veces alcanzada por una canción popular y aún hoy, a los
cincuenta años de su muerte, se escucha con placer.
https://youtu.be/VqhCQZaH4Vs
Tan célebre como su trompeta fue su voz,
inmediatamente reconocible. “When It's Sleepy »,
« Time Down South », « On
The Sunny Side Of The Street », « West
End Blues »…Louis Armstrong
encadena giras internacionales y millonarias ventas de discos en un periodo
difícil para un músico negro en Estados Unidos; toda su carrera transcurrió
prácticamente durante la segregación.
Tras la crisis sufrida por el jazz después de los años
cincuenta –injustamente arrinconado por la llegada del rock- un tema muy
popular, «Hello, Dolly», lo rescató del olvido. Desde entonces continuó
trabajando sin descanso ante los ojos y los oídos asombrados de públicos de
todo el mundo (incluyendo Asia y África) que nunca habían tenido nada que ver
con el jazz. Pese a la precaria salud de los últimos años, continuó tocando
hasta la misma víspera del día de su muerte, cuando iba a cumplir setenta años.
https://youtu.be/kmfeKUNDDYs
Blues, negro espiritual, góspel, dixieland, swing…Armstrong destacó en todas las variantes del jazz y muchas de sus canciones han sido también éxitos en la voz de otros artistas.: Maurice Chevalier, Yves Montand, Mamas and the Papas, Ella Fitzgerald, Barbra Streissand, Mark Knopfler…”What a Wonderful World”, la última de sus canciones grabada en 1967 formó parte de la banda sonora original de la película “Good Morning Vietnam”
-
EL ÁTICO
Por Aloisio Vásquez de Ras
El director me reenvía la carta de un lector conocido,
y sin embargo querido.
Me insta, me ordena y me exige que la publique con
algún comentario sano.
Su interés estriba de que, a su edad, ni los más
allegados familiares le hacen caso y cuando recibe una misiva dándole
importancia se le saltan las lágrimas, ya que tiene un pronto sensible
El lector, ya habitual en estas páginas, escribe lo
siguiente:
Querido Luis, y otros mil nombres:
Las dos o tres últimas semanas te he tenido
penosamente abandonado, pues, aunque leí rápidamente El Noctámbulo,
fui tan descortés que ni te acusé recibo.
Excúsame una vez que diga en mi
favor que pensé hacerlo, pero la vorágine de los días, nietos que iban y
venían, "obligaciones" jubilosas, et alia, que dicen los
latinos, me lo obstaculizaron.
El último número me lo he leído de pe a pa, con
el agrado y la sonrisa de siempre.
Espigo y te (os) transmito unas cuantas cosas:
ü El aquelarre, en su
línea, con las consabidas puyitas entre los aquelarrantes (si
valiese el palabro) y desde/hacia la actualidad sociopolítica.
ü El testimonio de vida,
con su casita de madera, errante sobre camión, me retrotrajo a los carromatos
de los cómicos de la legua en la Castilla rural de los años 50 y primeros 60.
ü El Mundo abierto, con su
tema el saludo, me recordó mi viaje profesional a la Libia
monárquica del rey Idris. En junio de 1969, al llegar al aeropuerto de
Benghazi, el nativo que me recibió al bajar del avión me estampó
sendos besos en las mejillas, al tiempo que me llamaba hermano. Ello me trajo a
la memoria la "tradicional amistad con los países árabes", tan
mentada por el anterior jefe del Estado.
ü En Desempeño y lucha admiro la
constructiva relación entre el sistema periódico de Mendeléiev y las canteras -
materias primas - de las fábricas de cemento, a mayores del amor a aquellas que
manifiesta el ilustre doctor en clinquer, betón y concreto.
ü Y en la Esquina Este, Volar
(II) es ilustrativa y curiosa la ligazón entre la gravedad y la tensión
superficial...
Podría seguir un poco más, pero no quiero
aburriros.
Una vez más, gracias por vuestro esfuerzo de
entretenernos, ilustrarnos, divertirnos y estimular nuestra memoria personal y
técnica. Seguid así.
Abrazos múltiples, a trasmitir también a tus
entusiastas colaboradores reales o virtuales, signifique lo que
signifique esto último.
Juan Manuel Gentilhombre
Querido Juan Manuel: me subrogo en el tratamiento al
director.
Como usted le conoce perfectamente, sabrá que le gusta
un elogio más que un chupachups a Zidane.
Le reconforta pensar que El noctámbulo sirva de entretenimiento para algunas personas. Sobre todo, en los tiempos
de confinamiento, cuando suponía que su lectura intentaba ser como un soplo de
aire fresco frente a las preocupaciones diarias.
En su caso se nota que lo ha leído entero, lo cual ha
debido suponer un sacrificio
Aunque cada número de nuestro periódico es leído por
unos sesenta adictos, pocos lectores envían críticas o halagos, y entonces el
director sufre. En silencio, pero sufre.
Muchas gracias por sus elogios inmerecidos para toda la redacción, que tiene in mente una presentación tribal con fotografías de cada uno de sus componentes virtuales.

Japoneses preparando las Olimpiadas
Por Marta Díaz
JAPÓN
En
Japón, toda la vida se ha llevado las mascarillas y no se han quitado por la
costumbre, de las contaminaciones y otras cosas de muchos cuidados de
protección.
La
gran visita de Japón es ver la gran muralla de SENSO Ji, el Jardín Nacional de sus flores.
Sus
paseos rodeados y llenos de flores.
Lo
más romántico es el paseo por la laguna
de TOKYO SKY TREE.
Es
un placer como caen las puestas de sol.
TELEFÉRICO
Cuando
vayas a esquiar, súbete en el teleférico, para ver desde arriba los árboles
cerca el cielo.
Sí
miramos hacia abajo se ve todo pequeño, es otra versión de ver las cosas y el
cielo.
Te hacen bajar para qué estires los pies y disfrutar.
Leyendas Urbanas
En
la cumbre de las profesiones técnicas se encuentran arquitectos e ingenieros de
todas las especies.
Es
lógico que este colectivo mundial origine temas para novelas, películas,
thrillers y hasta leyendas.
No
sé si recordáis aquella película de Gary Cooper como arquitecto, que al final
volaba el edificio por él diseñado para evitar una modificación capitalista. El
tema estaba basado en un episodio similar ocurrido en una ciudad europea. La
filmografía de la profesión se nutre de leyendas urbanas llevadas al celuloide,
más o menos verídicas.
Hace
unos 50 años, en una ciudad europea ocurrió un suceso que motivó la aparición
de una leyenda que prontamente se olvidó y, por tanto, no dio tiempo a que
nadie la usase como argumento.
Por
aquel entonces un joven ingeniero con futuro prometedor se cayó a la entrada de
un túnel desde la plataforma abierta de un viejo vagón de un tren en marcha,
falleciendo a causa del golpe. La investigación forense de aquel país dictaminó
accidente.
En
el entorno del joven se barajó la posibilidad de que la caída fue inducida por
una mano criminal, ya que el motivo del viaje era registrar la patente de un
proceso industrial que hubiera incidido negativamente en el desarrollo
industrial de una tercera empresa.
El
tema quedó así, y así seguirá ya que las personas que podían tener indicios
sobre él fallecieron hace tiempo y nunca se sabrá si las sospechas tenían
fundamento o no
Poco
tiempo después del accidente, viajeros de ese recorrido decían que, antes de
entrar al túnel del suceso, en la
plataforma del vagón se vislumbraba una figura que a la salida del convoy del
túnel se había desvanecido.
El
desarrollo ferroviario cambió los viejos vagones de plataformas abiertas por
unidades cerradas herméticamente y el fantasma, si lo hubo, terminó su
representación ectoplásmicas. Nunca más se supo.
El
madrileño castizo

Posiblemente una especie rara de "Politicus desierticus"
AL DIRECTOR QUE LE DEN
A usted ya no le escribe nadie pero creo que puede
contestar a mi propuesta de buscar un nuevo colaborador, suficientemente
neurasténico, para que nos aclare el contenido, simbolismo y mensaje oculto de
los recientes anuncios televisivos.
Tengo que reconocer que,
al final del anuncio, me queda la duda existencial de no saber si se ha
publicitado una cerveza, un desodorante o un preservativo. Normal, normal, no
hay ni un solo anuncio.
Onofre Canales
GALERIA DEL SOUVENIR
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| Los primeros bañistas |
Primera fotografía del COVID
En este barco la promoción del 53, del Ramiro de Maeztu, cruzó de ida y vuelta el estrecho de Gibraltar
No podía faltar un confesionario de mi colección
Vuelta al ruedo en taxi. (El director no había nacido)
El noctámbulo, nº 86 /5ª Época /12 de julio de 2021 Página 15
Cumpliendo la reglamentación
vigente, señalamos que el Propietario y director de El
noctámbulo y de Posada Literaria es el señor don Luis Díaz Garrido, mayor de edad en exceso,
español. luisdiazgarrido1@gmail.com











