sábado, 13 de marzo de 2021

El noctámbulo nº 74 del 14 de marzo de 2021

 

El noctámbulo

Informativo amplio              Edición Hoy domingo 14 de marzo de 2021    nº 74             Precio:  4 reales

 

También nos preocupa la economía

SUMARIO

1.       El chafardero callejero: Entrevista al director

2.       Aquelarre de actualidad

3.       Testimonio de vida

4.       Desempeño

5.       Cajón desastre

6.       Esquina Oeste, Cine: Y llovieron pájaros

7.       El buen vivir

8.       Esquina Sur, Música: La casete

9.       El ático

10.    Esquina Este, Ciencia: La rueda

11.    Destellos de mi mundo

12.    Leyendas Urbanas

13.    Al director que le den

14.    Galería de souvenir

 

EL CHAFARDERO CALLEJERO

Por Laus Deo

 He roto el confinamiento para atender a mis obligaciones y aquí me encuentro, a los pies del lecho con baldaquino del señor

director, para entrevistarle en su convalecencia.

 Señor director, ¿Cómo se encuentra su eminencia?

-       Pues pachuchilla. Lógico por la reacción sufrida

Cuénteme, cuénteme, soy todo oídos

-       Hace pocos días me citaron al tercio de banderillas. Recibí un pinchazo indoloro en el hombro izquierdo. Elegí el izquierdo por si me estropeaban un brazo y el izquierdo nunca lo voy a utilizar para levantar el puño.

Permítame decirle con todo respeto, que la fiebre le ha vuelto muy reaccionario

-       Son estos tiempos que nos hacen llegar a excesos. Después del pinchazo me dijeron. “Abuelo siéntese diez minutos en esa silla”. Aproveché que se daba la vuelta para levantarme y huir. Me había molestado lo de abuelo ya que conservo mi figura juvenil

Lo que no conserva es la melena

-       Un respeto. Me han citado dentro de 20 días para el segundo pinchazo. Menos mal que me han puesto la Pfizer, que me suena a esas pastillitas que anuncia Pelé. A lo mejor se me pega algo.

Lo dudo

-       Lo cierto es que a las 24 horas exactas me subió la fiebre y empecé a tiritar mientras me invadía un gran malestar y la cabeza se me puso hueca

Con licencia, me parece usted más raro que los ratones colorados

-       Ríase jovenzuelo pero lo cierto es que he estado fuera de servicio unos cuantos días. No se si tiene que ver con la reacción o con el cambio del tiempo, pero mis dolores de las articulaciones aumentaron y tenía dificultades para realizar mis ejercicios matinales de recuperación muscular.  Lo cierto es que me encamé y no hecho nada útil en unos días.

No me causa mucha extrañeza lo referente a hacer algo útil

-       Tiene todas las papeletas para un garrotazo cuando pueda levantarme.

Señor director, usted no ha pasado el COVID

-       Debe ser porque no tengo edad. Pero yo creo que lo he mantenido a raya a base de infusiones calientes de jengibre con chorritos de ron o de orujo, y procurando sudar bajo un edredón nórdico y encima una manta escocesa con los colores del clan de Lewis

Cuales son por ahora sus últimas palabras

-       Dejémoslo en penúltimas. Son palabras de disculpas para mis lectores por el retraso en publicar el número 74, y también porque carecerá de algunas colaboraciones habituales

 

 AQUELARRE DE LA ACTUALIDAD

Laus Deo: ¿Han venido todos ustedes vacunados?

Director: Como coincidimos más o menos en edades, venimos vacunados Arcadio, Juan, Lewis y un servidor

Marelvis: A mí me queda mucho

Inés: Hija, no tanto que si te quitan el Botox te vacunan ahora de urgencia.

Aloisio: Yo soy el más joven de la panda

Lùyìsī中国我都接种了疫苗   En China estamos todos vacunados

Arcadio: Em sap greu. No me lo creo. Serían tres mil millones de vacunas en dos dosis.

Laus Deo: Les iba a proponer que tratáramos el tema de la libertad de expresión

Director: Lo haremos a rienda suelta

Marelvis: Algunas a bozal suelto

Juan: La libertad de expresión no debe estar sujeta a ninguna ley

Lewis: Sus límites deben ser los de la buena educación

Inés: O mejor, según las normas de la urbanidad cristiana

Aloisio: O sea que un aborigen sin bautizar no puede tener libertad de expresión

Juan: En mi niñez me cercenaron mi libertad de repetir continuamente la trilogía que me encantaba

Inés: Seguro que eras un niño creyente repitiendo lo de la Trinidad

Juan: No, no te confundas. Repetía machaconamente “Kaka, culo, pis”

Luigi: Si llegas a ser un niño judío, te hubieran cercenado además otra cosa.

Lewis: Mi abuelo escocés, el de la gaita, aconsejaba que no dijeras al prójimo lo que no quisiera que te dijeran a ti.

Clovis: La veuve de Clicquot  ¿era la viuda de tu abuelo el gaitero*?

Laus Deo: No se permiten chistes malos.

Clovis: Lo ve, monsieur director, Laus me quita mi derecho a expresarme

Juan: Si insultas o calificas sin pruebas debes saber que te has saltado los límites, no de tu libertad de expresión sino los limites judiciales que protegen la dignidad de las personas, exponiéndote a las sanciones correspondientes

Arcadio: Todo igual para cualquier persona, sin distinciones de ninguna clase

Lewis: Cualquiera debe expresar libremente sus conceptos y opiniones, sean las que sean y en el ámbito que le apetezca, pero sin individualizar, insultando a personas o a creencias de otros.

Inés: Hace años asistimos al bochorno anticristiano del carnaval de Tenerife

Marelvis: Casi nadie protestó.

Aloisio: ¿Podéis suponer que hubiera pasado si se hubiera ofendido a mi colectivo gay?

El matritense: O a la comunidad islámica.

Lewis: Hubieran temblado las antenas de algunos canales de TV y un terremoto político en el Congreso

Luigi: Si la libertad de expresarte es poder decir o hacer lo que te parezca, puedes llegar a pensar que tienes todo el derecho a defecar en público

Aloisio: Este señor siempre tan delicado. No me lo imagino en esa situación

Marelvis: Pues deberías alegrarte de no poderlo imaginar

Director: No exageremos. El poderte expresar con toda libertad es un derecho inalienable.

Juan: Siempre que no hagas alabanza del crimen o del terrorismo,

Inés: Volvemos a lo de siempre. Hay que practicar la caridad cristiana.

Luigi: Y dale con el burro a la era

Arcadio: Comentario muy pueblerino

Laus Deo: Si les parece lo dejamos aquí

Director: Eso lo tenía que decir yo

 

TESTIMONIO DE VIDA

VERANOS

 Por Juan Quintín

 Mi padre decía, que, en Madrid, en agosto y con dinero, mejor que en Baden-Baden Se refería a un balneario alemán situado en el estado federal de Baden-Wurtemberg, en el valle del rio Oos, en las estribaciones de la Selva Negra.


Ya desde el siglo XIX era famoso su chiringuito o casino, donde aparcaba la nobleza y la alta burguesía europea. Se dice que el agua es un líquido incoloro que sirve para lavarse y que algunos guarros se la beben. En Baden-bis, la nobleza era del grupo de los segundos, y si acaso se iban a las cercanas termas de Caracalla, del emperador romano al que le encantaba tomar pediluvios calientes. No iban a bañarse sino a criticarse unos a otros.

(El Kurhaus, foto de Klaus Graf)

El invento del veraneo quitando a estos pocos privilegiados es más bien reciente, y ha evolucionado muy deprisa. De bañarse en pijama y con corsé agarrados a una maroma, al top-less y al surf.

Allá por el inicio de los años 1930, a mediados de junio mis padres y mis cuatro hermanos se iban a Santander, y no volvían hasta el 15 de septiembre. Con excepción de mi padre, que se repartía entre  sus estancias y numerosos viajes de su trabajo empresarial. Alquilaban un espacioso piso con galería acristalada, cerca de la playa del Sardinero. Tengo todavía álbumes de fotos descoloridas con instantáneas de Kodak en la playa. Le he pedido al director que incluya alguna en la Galería de Souvenir.

Como yo nací, por aquello del contraste, con la primavera y con la guerra, me quedé sin ir a Santander. Aquel mes de junio se decidió que, por mi causa, el veraneo se efectuase en Los Molinos, encantador pueblecito con vacas y moscas en las laderas de la Sierra de Guadarrama, cerca de Madrid.

Cuando a mediados de julio sonaron los tambores de guerra, mi padre envío el coche grande y reclamó a su familia en Madrid. Y como pensaba que aquello iba a ser cuestión de días, en el chalet se quedaron juguetes de mis hermanos y mi preciado chupete, esperando un regreso que ya no se produjo. Al llegar a casa, la familia se la encontró desvalijada en parte y a mi padre en la checa de Fomento.

Durante la guerra no hubo veraneo que valga, y la posguerra fue lo suficientemente dura como para que lo de veranear fuese la última de las inquietudes. Mis veraneos consistían en unas escapadas en septiembre al pueblo de San Sebastián de los Reyes, donde vendimiaba en unas viñas familiares y me ponía redondo de uvas tintas y de brevas de higuera. Un año, un tío mío del que ya dije en anteriores escritos que había pertenecido a las Juventudes Socialistas y había hecho la guerra por tierras de Valencia sin disparar un solo tiro, me invitó a pasar unos días en el también cercano pueblo de La Cabrera.

Debía tener unos nueve o diez años. Me hice con algunos amigos de mi edad y juntos íbamos a la trilla y a tumbarnos panza arriba en la era, para ver por las noches un cielo estrellado. Como entonces no había contaminación lumínica, ni de la otra porque la contaminación es cosa de pueblos ricos, llegábamos a ver la Vía Láctea, galaxia que nunca más he vuelto a ver y que solo he vislumbrado alguna noche en la costa gallega de Finisterre.


Hago el inciso de la impactante vista del cielo del hemisferio sur desde algunos lugares remotos de naciones americanas. Conservo en el recuerdo la Cruz del Sur vista desde el desierto de Atacama, y me sigue inundando de paz. Navegando en un falucho, dando vueltas a Las Galápagos, me costaba ir al camarote y perderme el espectáculo del cielo azul turquesa tachonado de infinitas estrellas.

Aunque la latitud de las islas Roatán, de Honduras, es de 16º N, discuto con mi mujer si desde allí veíamos o esa constelación. Al final, ella tiene razón.

 

 




DESEMPEÑO Y LUCHA

 DE CONCETRACIONES

 Por Sir Lewis Wooster

 Decían que los aires de la comarca de La Sagra incitaban a favorecer los embarazos. Como a mí particularmente no me afectaba, sus efluvios me llevaban a estar siempre pensando en retorcidas invenciones. Me preocupaba el cordón umbilical que unía la fábrica con la lejanía de los 20 km de la Cantera. Habíamos quitado el teleférico y puesto en competencia casi rabiosa a los camiones con el ferrocarril. Se nos ocurría que lo lógico era prolongar la cinta transportadora de 5 km con otro tramo de 15 km, y así el cordón umbilical sería homogéneo y rectilíneo.

En la fábrica, desde su inicio y debido a que la primigenia cantera , la del Cerro del Águila anexa, no cumplió las previsiones en cuanto a calidad y volumen de las reservas, surgió la idea de la búsqueda de una cantera definitiva, Y se consiguió solo que, buscando, buscando, se pasaron dos pueblos y nunca mejor dicho ya que la cantera quedaba a trasmano. Ya puestos a comprar terruños, tal vez por sumar reservas o por evitar que se asentase la competencia, la empresa sembró la región y las colindantes de propiedades más o menos grandes.

Pasaron años y seguían comprando terrenos, olvidándose de los anteriores. Ocurrió que cuando intentamos saber cuáles eran las posesiones, su ubicación y estado para la gestión que luego diré, no hubo más remedio que contratar free-lance a un exempleado, conocido más que por su nombre real por el cariñoso mote que le había endilgado, según costumbre, mi amigo Julio (César).

Este señor, ya talludito, era una excelente persona y el más idóneo para bucear en Registros de la Propiedad y en pergaminos de archivos municipales. Empezó el trabajo un lunes, un poco perjudicado ya que días antes había celebrado el contrato con una barbacoa en el jardín de unos amigos y, para avivar las mortecinas llamas no se le ocurrió otra cosa que regar las brasas con un chorro de alcohol. El fuego se propagó y le quemó la mano y parte del antebrazo, antes de que pudiera soltar el frasco. Cuando me lo contó le advertí que el alcohol tiene otras aplicaciones más nutritivas y seguras.

Por aquellos años, el régimen existente se había dedicado a propagar la idea de la concentración parcelaria. Eso suponía un cambio de cromos. Tenías un terruño, lo cedías a otro vecino y este te cedía a su vez el suyo, que era colindante con el tuyo. Así, terruño a terruño, cada cual se hacía con una propiedad mayor, aumentando el rendimiento al hacer las labores ya que la superficie era mayor y evitaba también desplazamientos de una propiedad a otra más lejana. Se nos ocurrió participar en el canje de cromos y acudimos con nuestro paquete de escrituras, puesto al día por nuestro incombustible asesor.

La reuniones se solían celebrar en las salas de actos de las alcaldías correspondientes, dirigidas por los funcionarios del Ministerio del que había parido la idea y por supuesto bajo la presidencia del señor alcalde, que además era jefe local del Movimiento. Asistíamos los interesados y debatíamos si nuestra parcela tenía mejor o peor tierra que la del prójimo, porque eso podía suponer que tus fanegas se intercambiaran por más o menos fanegas del otro. Se oía de todo: que, si el pasto de su parcela era el único que podía comer su burro, alegaba un propietario; otro decía de su cariño por un pedregal en el que había retozado por primera vez con su moza, el tercero argüía que el agua del charco que había en su terruño tenía propiedades milagrosas… y así, cada cual arrimaba el ascua a su sardina para obtener más terrenos. La misma situación se repetía en todas las reuniones con las pedanías y municipios afectados, provocándome un cansancio vital ya que no podían salirme canas debido a mi escasez pilosa.

Al final conseguimos, terminar el puzle y en el intercambio definitivo, conseguir la propiedad escriturada de una franja de terreno rectangular desde el final de la cita transportadora existente hasta las puertas de la fábrica. Tenía una anchura de unos 12/ 14 metros y la longitud precisa y necesaria de 15 kilómetros. Además, se sumaba la bula, o permiso de todos los ayuntamientos afectados, para permitirnos en su día la instalación de una cinta o de cualquier otro medio de transporte, e incluso asfaltar y convertirlo en una pista de dos carriles para camiones. Eso sí, algún alcalde listillo se reservaba el derecho, para el día que se iniciase la obra, de pedigüeñar un canon por tonelada transportada. Nunca se hizo la obra, pero ahí queda el terrenillo de casi 200.000 metros cuadrados para lo que gusten mandar.

 Cajón desastre

Composición de Ian Dooley

 

Por Cortazar, jr.

« El grito », de Edvard Munch, lleva más de un siglo escondiendo un secreto

 « Kan kun være malet af en gal Mand !» («Solo puede haberlo pintado un loco). Esta es la inscripción, casi imperceptible a simple vista, que el artista noruego Edvard Munch (1863-1944) dejó escrita en su celebérrima obra “El grito”, que tanto juego ha dado, para expresar nuestras angustias y miedos,  durante el año que llevamos conviviendo con el virus.

 


   “El grito” de Edvard Munch, Museo Nacional de Oslo,  Imagen Wikimedia Common

 Las palabras escritas por Munch, confirmadas mediante imágenes obtenidas con rayos infrarrojos el pasado 22 de febrero, cierran el interrogante planteado desde hace años acerca de la autoría de esa frase, tal y como explica un artículo de la revista “Scientific American” y confirma Mai Britt Guleng, conservadora del Museo Nacional de Oslo: “La fotografía de infrarrojos ha proporcionado una imagen nítida de la frase, lo que ha permitido compararla con la escritura de Munch. Además, el tamaño de la letra es demasiado pequeño como para suponer que pudiera ser obra de un vándalo”.

Escrita a lápiz, la frase se encuentra arriba, a la izquierda de la emblemática tela expresionista convertida en símbolo de la angustia existencial, que ya en su día llevó a los científicos a plantearse varias preguntas acerca de la salud mental del autor. El texto del cuadro se ha cotejado con algunas cartas personales que se conservan de Munch y que, palabra de grafólogos médicos, le describen como un provocador vulnerable que temía heredar la depresión que padecieron su abuelo y su padre, o los síntomas de su hermana Laura, paciente discontinua de diferentes servicios de psiquiatría.

“En su familia –dice la señora Guleng- había enfermedades hereditarias, desde algunas mentales hasta la tuberculosis. Pero la inscripción que dice que solo ha podido pintarla un loco, precisamente porque es suya hay que considerarla como una ironía”.

“El grito” (Skrik en noruego) son cuatro lienzos pintados en 1983 por el genial artista noruego Edvard Munch, que se expusieron por primera vez en 1895 en Dinamarca,  en una galería de arte privada de Christiania. La versión más famosa de “El grito”, una de las obras más importantes del expresionismo, se encuentra en el Museo Nacional de Noruega; hay otras dos en el Museo Munch, también en Oslo, y la cuarta pertenece a una colección particular. Todas las versiones muestran en primer plano una figura andrógina, símbolo del hombre moderno en plena crisis de angustia y desesperación existencial. El fondo es la ciudad de Oslo vista desde la colina de Ekeberg.

En los últimos años, dos de las versiones han sido objeto de sendos robos. La del Museo Nacional fue robada en febrero de 1994 y recuperada tres meses después por la policía. En agosto de 2004 robaron uno de los cuadros del Museo Munch, que también recuperó la policía dos años después. En cuanto al cuarto, que llevaba más de 70 años en la casa del noruego Peter Olsen, vecino, amigo y mecenas de Munch, la vendieron en 2012 sus herederos por 119,9 millones de dólares, en una subasta celebrada en la casa Sotheby’s de Nueva York. 


La alegre Buhardilla

Separata cultural      Edición conjunta El noctambulo 14 de marzo 2.021      nº 74             Precio: 4 reales

 

ESQUINA OESTE: CINE

Por Julia Blanc-Sec

“Y llovieron pájaros”, oda a la vida y al amor crepuscular

 



 
“Y llovieron pájaros”, tercer largometraje de
la realizadora canadiense Louise Archambault (“Familia”, “Gabrielle”), es una historia agridulce basada en la novela homónima de Jocelyne Saucier, llega a los cines españoles con un año de retraso sobre las previsiones de sus exhibidores, debido al cierre de salas motivado por el estado de alarma decretado el pasado 13 de marzo de 2020. 

Estrenada en el Festival de Toronto y proyectada en el último Festival de San Sebastián, “Y llovieron pájaros” es una fábula sobre tres ancianos que, cuando los “grandes incendios” que devastaron hace años una enorme zona de Canadá -en los que se contabilizaron muchos desaparecidos- eligieron retirarse del mundo y vivir en los bosques. Personajes fuertes que han elegido la libertad, interpretados con excelencia por Gilberte Sicotte (“Las ilusiones tranquilas”, “Mi hermana, mi amor”), Kenneth Welsh (“Another woman”, “Aviator”, “Pacto de sangre”) y Rémy Girard ( inolvidable en sus papeles en “El declive del imperio americano”, “La invasiones bárbaras” e
  “Incendies”).

Su vida de ermitaños, en la que  a veces coinciden –en el lago donde se bañan, pescando, cazando- pero siempre respetan la intimidad de los otros, disfrutan de todas las oportunidades que les ofrece su escondite  y también de las ventajas del mundo exterior, gracias al joven gerente de un hotel situado en la entrada del bosque   (Éric Robidoux , “El amor en tiempos de guerra civil”, “La habitación prohibida”), que es su cómplice  y se encarga de aprovisionarles, se ve alterada cuando les descubre una joven fotógrafa ( Éve Landry, conocida por sus papeles en series  de televisión como “Los argonautas”) que va tras la pista de testimonios de aquellos incendios y especialmente de uno de los misteriosos supervivientes, el pintor que acaba de fallecer .

Y, sobre todo, cuando poco después  aparece una mujer (Andrée Lachapelle , fallecida a los 87 años  en 2019, recién finalizada esta película, “Todo sobre mi”, “La última  fuga”) que revoluciona su cotidianidad, una octogenaria a la que su familia internó en un psiquiátrico porque era “muy rara” cuando tenía 16 años y que, en sus sesenta años de injusto encierro y trato despiadado,  ha conocido la violación, los abusos, el sopor de estar atiborrada de pastillas, el electroshock  y se ha salvado “por poco de una lobotomía”.

Lenta, como una luminosa oda poética al tiempo y al amor -con el  subrayado  musical  de canciones de Tom Waits, Richard Desjardins y Gilles Vigneault,  interpretadas a la guitarra y cantadas por Rémy Girard-  la película  “Y llovieron pájaros” trata, sin establecer juicios morales,  temas como la vejez, la experiencia artística, el encuentro con la naturaleza,  la libertad de elegir cómo vivir hasta el final, hasta como morir con dignidad al margen de una sociedad para la que no existen, y el enamoramiento inesperado de dos ancianos: la delicadeza con que se ha filmado su encuentro carnal es una de las escenas más hermosas que hemos visto últimamente en el cine.

En cuanto a la “segunda trama” de la película, el trabajo y las motivaciones de la fotógrafa que prepara una exposición sobre los testimonios de los “grandes incendios” y su relación con el joven hotelero, carente de cualquier atisbo de química, podría muy bien desaparecer sin que este filme perdiera ni un gramo de interés y emotividad.

El tráiler de « Y llovieron pájaros” se puede ver en:  https://youtu.be/AzRcAbM_XuE

 


 PARADA Y FONDA. EL BUEN VIVIR

Bacalao SKREI  (Gadus morhua)

                                                                            Por Luigi Palatino

 Se aproxima la Semana Santa y por tanto hay que hablar del bacalao. El bacalao seco ha sido el sucedáneo del pez fresco, más consumido en la España profunda. También en los barcos. Un amigo mecánico naval decía que los cocineros de los barcos tenían 365 recetas diferentes para cocinar el bacalao, una para cada día. Cuando el cocinero sacaba la fuente a la mesa, le recibían con el comentario de “Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao”.

 Hoy día, con esto de tener que comer en casa, entre un teletrabajo y otro, cualquier ejecutivo intenta prepararse un bacalao. Por eso, algunas firmas preparan bandejitas con trozos de lomo de bacalao sin espinas. Hay que tener cuidado con el precio del kilo del producto. Me han ofrecido bandejitas con 400 u 800 g de lomo de bacalao, que suponía un precio de 45 euros el kilo cuando normalmente, comprando el pez fresco de buen tamaño para que el pescadero pueda sacar unos lomos del espesor y tamaño que indiques, el precio no llega a los 15 euros el kilo.

 Aparte de ser un pecado pagar ese precio por una bandejita etiquetada y firmada, en estos meses se encuentra en las pescaderías el bacalao de clase SKREI por un precio similar al del bacalao fresco normal. Como su nombre indica en noruego, el Skrei es un pez ártico nómada que viaja desde el mar de Barents hasta las islas Lofoten, donde desova y es capturado por los noruegos en los meses más fríos del invierno ártico. El largo viaje por aguas heladas hace que su carne sea musculosa, de textura tersa y apariencia cristalina, con tintes rosados debido a su dieta de pequeños mariscos.

 

El recetario para cocinarlo es el mismo que para el bacalao normal. Aconsejo recetas que no perjudiquen la textura ni enmascaren su sabor. Cuanto más natural mejor. Huir de guindillas y ajos en exceso, que no maridan con tan selecto pez.

 Mi receta es simple. Pelar patatas grandecitas. Colocarlas media hora en agua con abundante sal. Partirlas en rodajas gruesas, sin exceso. Empedrar con ellas, sin secarlas, el fondo de una bandeja de horno, añadir cebolla en juliana, espolvorear con eneldo, sal y ajo en gránulos. Pulverizar aceite virgen de oliva. Chorrito escaso de soja. Hornear a 200ºC.

 Aparte, sumergir en huevo batido, con mesura y cariño, los lomos previamente salpimentados. Dejar reposar mientras las patatas se hacen Cuando estén hechas, en aceite no muy fuerte sellar ligeramente los lomos recubiertos de huevo. Colocar los lomos con la piel abajo sobre las patatas. Verter sobre las patatas de los alrededores el huevo batido sobrante. Espolvorear ajo granulado. En el horno, a 180ºC unos 10 minutos, según el gusto. Servir con el acompañamiento de las patatas. En el plato, al trincharlos, os lomos deben abrirse en lajas casi, casi transparentes-

 


Maridan con todo: 

Un albariño MARTIN CODAX os alegrará la vida. 

Yo prefiero un Ribera crianza, por ejemplo, un Durón de la Cueva del Raposo. 

También se dejan querer con un MUGA Rosado de la Rioja.

 

                                                                   





ESQUINA SUR: MÚSICA

Por Julia Blanc-Sec

La cassette, mon amour

En la historia de las grabaciones musicales solemos cometer un olvido que se repite con frecuencia: se supone que lo primero fue el rodillo perforado, después los discos de 78 revoluciones por minuto, luego el 33 revoluciones en la modalidad de single (con dos canciones, cara A y cara B), y desdoblado en el mismo formato, pero con cuatro cortes, dos por cada cara, y LP (larga duración, no menos de 10/12 melodías). Después ya entramos en la era del CD, en sus sucesivas mejoras al compás de la evolución tecnológica, hasta la Alta Fidelidad (HF) de nuestros días.

El hueco que olvidamos rellenar es de la cassette, instrumento reproductor no solo de música (también de palabras, de hecho, fue instrumento indispensable de periodistas y otras profesiones), que tuvo sus años de gloria en la década de los ’80 y que, en lo tocante a reproducción musical, fue desplazado poco a poco por el walkan, el mp3, y así sucesivamente.

Aunque todavía andamos sobre la tierra un nada despreciable puñado de fieles del cassette, que tomamos la parte por el todo y denominamos así tanto a la banda magnética como al aparato donde hay que introducirla para escuchar su contenido.

 


                           Lou Ottens. Imagen del documental “Cassette: A Documentary Mixtape”

Fieles que hemos tenido un sobresalto al enterarnos esta semana de la desaparición del ingeniero holandés Lou Ottens, quien en 1964 dirigía el equipo de Philips que inventó y fabricó la primera cassette (y que años después también estuvo presente en la invención del CD, pero esa es otra historia). Como han definido en las páginas culturales diario francés Libération, “la cassette fue el soporte contracultural por excelencia, un objeto democrático, sólido, versátil, interactivo desde 1968 –año en que mejoró con un micrófono, lo que permitía también graba y pasó a llamarse magnetófono-cassette (…) que hizo temblar a la industria musical con su capacidad para duplicar hasta el infinito sus producciones (…).. La invención revolucionó el acceso a la música. Se estima que en el mundo se han vendido cien mil millones de cassettes…”.

La nostalgia se siente particularmente al día siguiente de la muerte de su inventor. Lou Ottens –el chico holandés que, durante la Segunda Guerra mundial, todavía adolescente, se dedicaba a arreglar los aparatos de radio de familiares y vecinos- se ha marchado con 94 años. Eligió el tamaño de la cassette inspirándose en el bloc de notas que siempre llevaba en el bolsillo, y en un paquete de cigarrillos. Como dijo en el documental de 2016 “Cassette: A Documentary Mixtape”:  “Esperábamos que fuera un éxito, pero no una revolución. Y lo mejor es que no ha terminado. Sé que muchas personas la utilizan todavía”

 

EL ÁTICO

 

Por Aloisio Vásquez de Ras

 

Recibo una curiosa carta que transcribo y comento

 Querido Aloisio: Te escribo a ti, mi alma, porque sé que me entenderás por ser afines. Soy una folclórica en paro y desde hace tiempo no sale mi nombre ni en los cotilleos de las tertulias. Y esto no “se pué aguantar”. El año pasado estuve por estas fechas en una manifestación y me uní a un grupo que lucía en top les. Nos hicieron muchas fotos, pero no podía competir con mis propias razones con las poderosas razones de mis compañeras, así que ningún fotógrafo me sacó en los papeles. Como sé que tú te codeas en ambientes de personajes como ministros y otros jefazos, te suplico, cariño mío una ayudita para volver al candelero.

Te lo agradecería desde mis más profundas entretelas

Infausta Otoñal

Querida Infausta:

No sé cómo puedes manejarte con ese nombrecito. Mi ayudita consiste en que un amiguete te hará una entrevista para ver si alguna televisión la emite, lo cual no será difícil ya que ahora mismo todos los canales tienen unas tragaderas enormes con esto de la libertad de expresión

Te recomiendo que te pongas un vestido espantoso, de esos tuyos, pero no enseñes nada que ya no estás para esos trotes. Te envuelves en una colcha de estridentes dibujos y colores y pontificas sobre la pandemia con todo lo que se te ocurra. Como no eres científica, ni muy enteradilla en estos temas, agárrate a repetir los pareados de las manifestaciones de los negacionistas. Sin ningún coste para ti, te cedo los derechos de la palabra, “coronacircus” calificativo que ahora se usa mucho.

Si todo sale bien, ya verás que te empezaran a llamar para tertulias televisivas y radiofónicas, todas ellas retribuidas con un pastón y así volverás a estar presente en comentarios y chismorreos.

En esas tertulias te codearas con investigadores, famosos médicos y demás científicos y tu aportación, similar a la de ellos, porque tú lo vales, servirá de mucho a la audiencia.

Esto lo hago porque me gustaría haber sido folclórica como tú, pero tuve que desistir porque no me podía sujetar la peineta en mi pelo crespo, aunque, eso sí,  el clavel rojo reventón en mi oreja combinaba muy propio con el azabache de mi piel morena.

Todo tuyo

 

 ESQUINA ESTE: CIENCIA Y TECNICA

  Profesor Arcadio Funset

¿Quién inventó la rueda?

(Resumen de un artículo publicado en « Wired », prestigiosa revista mensual estadounidense fundada en 1993, en San Francisco, que se ocupa de temas de tecnología emergentes en los campos de Ciencia, Cultura, Economía y Política)

 

Imagen de Daniel Lorente

La expresión « reinventar la rueda » tiene un carácter peyorativo y significa que alguien inventa algo que ya existía y, más ampliamente, algo completamente inútil. Algo así como el Senado.

Sin embargo, la rueda no siempre fue una evidencia y en algún momento hubo que inventarla.

Antes de que la inventaran, los egipcios y los mesopotámicos utilizaban rodillos para trasladar los materiales empleados en la construcción de sus edificios y pirámides, lo mismo que los polinesios para colocar en su sitio las estatuas moai de la Isla de Pascua.

Pero los rodillos preparados a partir de troncos de árboles se desgastaban con la erosión y tenían que estar reemplazándolos continuamente. Además, para conseguir mover el artilugio de los rodillos se necesitaban tropecientos proletarios de los de entonces.

Parece ser que todo empezó con el invento del « eje », unos 6.000 años antes de nuestra era, y que el primero de ellos no estaba en una carreta sino en un torno de alfarero y que, a partir de él, los alfareros en paro empezaron a crear figuritas de animales que rodaban, o sea juguetes para sus niños. El primer objeto con ruedas encontrado era efectivamente un juguete y estaba en la tumba de un niño azteca, en el sur de México.

La aplicación de la rueda a la agricultura y el transporte se produce unos cuantos cientos de años más tarde -el primer carro es de hace unos 5.400 años- y lo incorporan los primeros pueblos indoeuropeos Yamma (nómadas de la estepas orientales). Las múltiples variaciones de carros encontradas por los arqueólogos sugieren que algunos creadores copiaron lo que habían visto en otra parte. Se adelantaron a los japoneses y coreanos

 La simplicidad de la rueda es engañosa. Su tamaño es determinante, demasiado pequeñas no pueden con los baches, (ejemplo el SMART de MERCEDES BENZ).Demasiado grandes imposibilitan el manejo del vehículo. Había vuelcos continuamente y no ganaban para aurigas.

Los carros al principio eran de dos ruedas. Algún inteligente puso una tercera delante, pero la coceaba el caballo. Algún druida tuvo la ocurrencia de poner cuatro ruedas. En ese momento se logró la tracción a las cuatro ruedas y el carro pasó a ser un todoterreno.

Todos los vehículos necesitan ruedas incluidos los que vuelan, como los aviones. Los barcos no necesitan ruedas, pero unos antepasados de los empresarios de Las Vegas lanzaron al Mississippi el barco casino con ruedas.


La invención y adopción del carro tuvo un efecto inmediato y espectacular en las sociedades de Oriente Medio y Europa. (En la sociedad española, años después el impacto lo logró el SEAT 600). La rueda aumentó considerablemente la productividad en agricultura, modificando los paisajes. Las poblaciones, que inicialmente se establecían cerca de los ríos, por la necesidad de beber que no por lo de lavarse, pudieron transportar las semillas y los abonos para cultivar terrenos hasta entonces esteparios. El auto, el tren, cambiaron las formas de vida, originaron guerras y fueron un vehículo para el relajo de la infantería. Los aurigas insultaban a los peatones y así se consiguió la difusión de las lenguas

Hoy en día, el 45% de la población mundial habla una lengua derivada del proto-indoeuropeo, propensa al insulto chabacano,  que farfullaba el inventor de la rueda.

 



(photo-comments, unplash)


DESTELLOS DE MI MUNDO

Por Marta Díaz


COPENHAGUE


Conocí Copenhague igual que otras muchas personas porque hay mucho que visitar

Paseamos en barco por los canales. Me gustan las calles cuando son de agua

Dicen que hay personas bajo el mar. Una de ellas salió y se sentó en una roca.

Sirenita se convirtió en piedra gris y allí sigue.

(Foto cortesía de Marta Díaz)



LA RADIO

El primer aparato de radio nos empezó a informar de lo que pasaba por el mundo

Después de ese aparato comenzaron las emisoras, unas con noticias, otras con música.

El aparato llenó nuestra casa con voces de personas, con periodistas que nos hablaban

¿Con cuántos estamos en deuda?

 

 Leyendas Urbanas

 En España en general, y en Madrid en particular, existe una malsana afición a utilizar la piqueta. De esta forma se han demolido edificios que podrían ser singulares, y en sus terrenos se han construido en algunos casos verdaderos engendros con visos de modernismo.

(Algún día hablaremos de la demolición de edificios industriales o de fábricas antiguas, dejando sin evidencias físicas la posible memoria de la actividad industrial en España)

A finales del siglo XIX la piqueta demolió el palacio de Alcañices, propiedad del duque de Sexto, quien en el desahucio se llevó los cuadros, los tapices, y el mobiliario y otros artículos de valor. En su solar se levantó un edificio con arquitectura de la conocida como eclética, no confundir con atlética. La primera piedra la puso el 04.07.1884 el rey Alfonso XII. Posteriores remodelaciones se llevaron a cabo demoliendo otros palacios colindantes, por aquello de que dinero llama a dinero. Así, en 1927 se demolieron las casas-palacio de Santamarca.  Entre 2003 y 2006 se cerró la manzana con el nuevo chaflán a la calle Alcalá en el lugar del Palacio de Lorite, donde estaba la sede de la Banca García -Calamarte.

Con tantas demoliciones de palacios y casas señoriales, debió caer alguna iglesia que estuviera por medio, y de ahí puede venir el que una monja con hábito blanco se pasea algunas noches por los sótanos, sobre todo por donde se encuentran los archivos. En otras noches, la monja descansa y solamente se oyen ruidos, susurros y algunas veces algún grito pavoroso. Ante las reclamaciones del sindicato de trabajadores nocturnos del Banco, se pusieron escuchas para captar ruidos psicofónicos.

Particularmente pienso que debe haber algún error, porque lo lógico es que el fantasma sea el fraile ecónomo del convento y que a la monja solo la dejen salir en la madrugada del ocho de marzo.

El matritense castizo

 

 

 

AL DIRECTOR QUE LE DEN

Querido Sir Lewis:

Vuestro Noctámbulo siempre trae algo que me atrae (el pareado macarrónico me ha salido solo, sin pensar: mis excusas).

Esta vez me he divertido con las cervezas artesanas, de las que he probado algunas, siempre recomendadas por alguien cercano (Cibeles, La Sagra y La Virgen, mayormente). No recuerdo haber catado alguna con grado alcohólico de 9,2 o así, como citáis.

El artículo sobre la edad de la tierra da datos muy curiosos, y, para mí, ignotos, salvo algunos bíblicos que leí cuando era veinteañero. Combina con desenfado la referencia bíblica con la modernidad científica del carbono 14.

Y al emprendedor de los ataúdes con estampitas había que felicitarle por su quizá extravagante idea, aunque no me parece que vaya a prender mucho entre los potenciales clientes.

Y en el capítulo de fotos, la de Annecy juraría que es también de nuestro viaje por aquellas tierras, que ya dio lugar en un número anterior a la evocación del mismo, y a una foto de grupo. La foto de la plaza que sale en este número al final, ¿de qué ciudad es, p. f.?

Como siempre, muchas gracias por hacernos la vida más amena con vuestros escritos, serios unos, desenfadados otros, histórico-personales los que dan fe con gracia de tu amplia y variada vida laboral, etc.

Un fuerte abrazo

Juan Manuel Gentilhombre

Querido Juan Manuel:

Respondo por alusiones, pero lo hago en nombre de toda la redacción.

Agradecemos tu consideración, que además expresas en pareado y en precisos comentarios

Nosotros pertenecemos a una Sociedad de Autobombo y nos pasamos el día felicitándonos unos a otros

Que a ti te parezcamos amenos nos llena de satisfacción.

Lo de la cerveza de 9,2º te lo dice un experto que, en Bruselas, en la cervecería LE ROI D´ESPAGNE, llegó a beberse una cerveza trapense llamada Westvleteren, cuando aún estaba permitida, de 14º, maridada como diría Luigi con un plato de mejillones.

En lo bíblico me pillas. Mis ancestros son de la Escocia profunda que todavía venera a la católica Reina María, que por cierto era pesadísima y creo que algo frígida con vuestro rey Felipe que tampoco era la alegría de la huerta. Esto me dice Inés que del sexo sabe mucho, pero solo de oídas.

Te informo que el carbono 14 debía ser el carbono 13 pero por superstición lo cambiaron de número. Un dato que pocos investigadores, salvo el profesor Arcadio, conocen.

El de los ataúdes nos tiene harto con sus ofertas y sus precios de las rebajas de verano. Juan le dice que él no quiere estampitas de ciudades y que prefiere los cromos de los jugadores del Real Madrid. Es un fanático del club y quiere que guarden sus cenizas en una urna con la forma de la Copa de Europa.

Lo de las fotos, en este periódico es una locura. El descerebrado de Laus Deo se encargó en su día del archivo fotográfico y su concepto de este es un cajón, y todas revueltas. La plaza que me dices es una foto que hizo Marelvis desde el balcón de su habitación de un hotel compartida con un efebo y en su devaneo piensa que es la plaza de Lyon.

Cordialmente, te queremos

La Redacción y Lewis, tu seguro servidor

GALERIA DEL SOUVENIR


Escudo de la II República Española, existente en

la fachada del Banco de España

 

 

 

 

 


Busto de Wilheim Furtwängler, director de orquesta

Estilizado después de beber el agua de Baden-Baden 

 

 

 

 

 




Fedor Dostoievski con cara compungida después de recibir la factura del balneario de Baden-Baden



(Fotografías de Gerd Eichman. Trabajo propio)




La Stiftskirche, Baden-Baden

Plaza de un pueblo español, Ciudad Rodrigo



El noctámbulo, nº 74 /5ª Época /14 de marzo de 2021                                                                                     Página 15

Cumpliendo la reglamentación vigente, señalamos que el Propietario y Director de El noctámbulo y de Posada Literaria es el señor don Luis Díaz Garrido, mayor de edad en exceso, español.                                                                        luisdiazgarrido1@gmail.com