miércoles, 28 de marzo de 2018

El noctámbulo Edición jueves nº 19 29.03.2018


El noctámbulo
Informativo amplio              Edición Jueves  Hoy 29 de Marzo de 2.018    nº 19           Precio: 1 real



Disculpas del Director
En consideración a nuestros escasos lectores pido disculpas por no haber editado el domingo 25 de marzo, tal como estaba planificado.
Se ha mantenido la gripe de las rotativas, coincidiendo con unas ligeras incidencias en el motor de las mismas.
Reanudamos este jueves, e intentaremos mantener el ritmo, venciendo las dificultades de la pereza congénita de las vacaciones de esta semana.


SUMARIO
1.     TESTIMONIO DE VIDA: Down, por Juan Quintín
2.     MUNDO ABIERTO: Honduras, por Marelbis Orellana
3.     ESQUINA OESTE CINE:  , por Julia Blanc-sec
4.     ESQUINA ESTE CIENCIA: , por Arcadio Funset



TESTIMONIO DE VIDA

SINDROME DE DOWN
                                                           
Por Juan Quintín       

El doctor entró en la sala de espera de la Clínica Nuestra Señora de Lourdes. Era un hombre apuesto, delgado, alto, con el pelo totalmente encanecido pese a su temprana madurez. Tenía una excelente reputación y se hablaba de que en esa misma Clínica había asistido a Doña Sofía en sus partos.
Se dirigió hacia el hombre que esperaba impaciente.
-       Juan, tranquilo, todo ha ido bien. Es una niña. He realizado una cesárea. La madre y la niña bien, pero debo decirte algo doloroso. La niña es Down
-       ¿Qué supone? Dime Carlos, ¿vivirá? ¿Es grave?
-       Retraso mental y físico. Puede vivir muchos años con limitaciones. No observo ninguna anomalía o síntoma adicional pero debes ir a un especialista para que realice un reconocimiento completo.
-       ¿Se podría haber detectado durante el embarazo?
-    Si, haciendo un análisis del líquido amniótico, pero conlleva riesgos y nada hacía sospechar. El embarazo fue normal. Yo mismo he sido el primer sorprendido. Te pido ánimo y entereza.
-       Gracias, Carlos
Juan entró en la habitación donde esperaba su mujer que ya conocía la situación. Se abrazaron y así permanecieron sin casi cambiar palabras. (¿sin cambiar palabras o manteniendo el siguiente diálogo? Yo creo que esa frase debería terminar en abrazaron y punto)
-       ¿Has visto a la niña? Vamos a llamarla Marta como su tía
-    Está bien. Ya habíamos hablado del nombre si era niña. Aún no la he visto. Ahora iré al nido y preguntaré cuando te la traen.
-       Tienes que ver como se lo dices a sus hermanos, demasiados pequeños para entenderlo, y a sus dos abuelas.
-       No te preocupes. Lo entenderán.
Juan salió de la habitación para hablar con el pediatra del Servicio Médico del Colegio de Ingenieros al que había citado, lo mismo  que hizo cuando nacieron sus dos hijos anteriores. Ya estaba enterado.
-       Doctor, por favor dígame todo lo que tengamos que saber sobre la situación de nuestra hija
-       No hay mucho que decir. Su desarrollo será lento y poco se puede hacer.
-       Pero habrá soluciones…
-       Ninguna solución. Con mucho esfuerzo podrá conseguir que se abroche sola los zapatos a los 16 años
-       Pues mire, doctor, si lo hace a los 10 será un gran triunfo para todos. Creo que necesitaré una persona más identificada con lo que pienso hacer. No creo que nos volvamos a ver.
Posteriormente, Juan se encontró con muchas reacciones parecidas a la de este entusiasta profesional. Hubo personas que le dijeron que podría ser castigo de Dios, otras que  siendo su madre tan joven lo mejor era dejar a la niña cuanto antes en un asilo o institución parecida. El último de la lista, muchos años después, fue un Presidente de Empresa que haciéndose el psicoanalista le dijo a Juan que su problema personal era su sentimiento de culpabilidad por su hija.

La primera vez que Juan vio a Marta, le pareció que se habían equivocado, la imagen era la de una bebé guapa y saludable.
Por indicación médica se hicieron análisis citogenéticos que confirmaron que Marta tenía una anomalía definida como Trisomía en el cromosoma 21.
Esta anomalía se produce en el primer momento y en el momento inicial de la partición celular. No se conocen las causas y no se puede achacar a ninguna situación o circunstancia sobrevenida. Algunos estudios señalan una cierta predisposición con la edad de la madre, pero este no era el caso ni mucho menos.

Luisa y Juan decidieron acudir a un pediatra de prestigio, el doctor Abarca, cuya consulta estaba en un piso de las Torres Blancas, edificio singular de diseño totalmente circular en todos sus apartamentos.  A los hermanos de Marta les encantó el cambio de pediatra, ya que en la consulta había fotografías de cacerías africanas y bichos disecados.
Marta empezó a tomar Dromia, un específico especial para favorecer su desarrollo.

Luisa y Marta comenzaron a viajar a Barcelona al principio cada mes  y, en años posteriores, en visitas periódicas bimensuales, y al final semestrales. En la Clínica del doctor Viñals encontraron apoyo y consejo, un plan de actuaciones y actividades. La recomendación de contratar una monitora preparada en la misma clínica produjo muy buenos resultados en el aprendizaje y desarrollo de Marta, tanto en el aspecto físico como mental.
Tuvo monitoras hasta los 16 años. Todas ellas entregadas a su labor y altamente capacitadas.
 En aquellos años, el tema de los niños diferentes no se contemplaba. No había una “cultura”,  incluso en un colegio al que empezó a ir Marta, perteneciente a una orden religiosa, la “aparcaban” en la última fila y no recibía atención de la profesora dedicada a las niñas “normales”.

Costó trabajo que Marta pudiera comer con normalidad y empezó a caminar sola después de un año. Pero eran resultados que se conseguían día a día y de forma continua

Juan, al revivir todos estos hechos, piensa que pueden servir para ayudar a otros padres en las mismas condiciones. Hoy existe una conciencia social sobre el tema de la discapacidad que hace unos años no había.

Juan aprovechó su puesto de trabajo, que le obligaba a viajar a los distintos centros de trabajo de su Empresa, para realizar un censo de casos de trabajadores con hijos diferentes.
Fue una experiencia esclarecedora y a veces terrible ya que había padres resignados, que habían abandonado la esperanza de conseguir una mejora de vida de sus hijos. La carencia de recursos para conseguir ayudas especializadas y médicas no cubiertas por la Seguridad Social de aquellos tiempos eran obstáculos para mejorar situaciones.

Juan habló con la Dirección general de ASLAND y, comprendiendo el problema, se creó un fondo de ayuda  para los 43 padres censados. Este Fondo, dotado con enorme generosidad  y gestionado posteriormente por el Comité de Empresa, existe aún y sigue siendo una ayuda que complementa la de los organismos y Asociaciones que con el desarrollo de la conciencia social se han ido creando.

Hoy Marta, en el Día Mundial del Síndrome de Down, tiene un contrato indefinido con una multinacional para trabajar en temas sencillos de secretaría y administración, toca el piano recibiendo clases semanales y practicando en su tiempo libre, es voluntaria de la Cruz Roja para ayudar en una residencia de ancianos, ha participado en conferencias narrando sus experiencias y vivencias y, tres días a la semana, acude a cursos de formación relacionados con su futuro, para cuando Luisa y Juan no puedan ocuparse de ella. Es independiente con criterio propio, tiene un gran sentido del humor y es hincha del Real Madrid.


Este TESTIMONIO DE VIDA está dedicado a los padres actuales y a los futuros padres  de niños diferentes, y su objetivo es la esperanza. Esperanza de que todo se puede conseguir, en cualquier circunstancia, por muy dura que sea. El premio es el cariño que se recibe a cambio y las experiencias vitales y maravillosas qu, en el trato diario, se comparte con ellos.




MUNDO ABIERTO

HONDURAS: UN SENTIMIENTO DE INFERIORIDAD IV

Por Marelvis Orellana

Con esta columna termino mi primera experiencia en Honduras. Casi 20 años después volví acompañando a otra misión industrial.
En esta primera misión, actuando como responsable de la faceta humana del Proyecto, tuve que encargarme de los problemas que se producían con la llegada de técnicos españoles y la formación de técnicos hondureños.

Trabajaba conjuntamente con el responsable del Proyecto, un ingeniero español al que ya había conocido en otras circunstancias. Un hombre maduro, calvo y de envergadura media. Muy serio por fuera y muy cachondo por dentro.

También trabajaba con el responsable japonés de la ejecución del Proyecto. Este caballero podía escenificar la figura de un samurái. Delgado, enjuto con facciones nobles. Es curioso como en cualquier raza o grupo étnico las clases superiores suelen tener rasgos distintos, tal vez por ancestros bien cuidados, bien alimentados y bien lavados. Sorprendía por las mañanas oliendo a incienso, sin duda impregnado en sus oraciones matinales.
En una cena que nos ofreció, sorprendió sorbiendo literalmente un gran vaso de cristal lleno de cuerpos de ostras y bendecido con salsa de tomate.
Le faltó mojar pan.
De los japoneses no tuve que ocuparme. Su empresa, KAWASAKI, había previsto todo y se habían traído desde Japón hasta las bicicletas.

Los españoles eran otra cosa. Venidos desde la parte profunda de España, se quedaban boquiabiertos ante la exuberancia de árboles y animales. Enseguida hicieron buenas migas con los hondureños, y sobre todo con las hondureñas.

Trabajaban como posesos sin importarles horarios ni jornadas, y les gustaba lo que hacían.
En su mayoría procedían de una misma fábrica española, donde era director el mismo director del Proyecto. Me contaban que este hombrecito,  lleno de buena fe, había celebrado un almuerzo con todas las esposas de los que allí estaban. Se celebró en la residencia de la fábrica y en el transcurso explicó cómo se vivía en Honduras,  en general, y como lo hacían sus hombres en particular.
Ocurrió que una de las presentes conocía detalles de cómo llevaba la ausencia su pareja, y por extensión las de otros compañeros, lo que motivó que cada una sacará a relucir las informaciones que tenía y aquello acabó malísimamente, ante el asombro del director, único hombre entre veintitantas mujeres

La conclusión fue que todas ellas exigieron ir a Honduras para vigilar a sus maridos.
Mi trabajo se complicó porque tuve que encargarme de cosas tan diversas como buscar coches para niños pequeños, ortodentistas, asistentas y todo lo que supone  tener que atender las necesidades de las familias desplazadas
Un químico se casó con una jovencísima hondureña. De retorno la llevó a España, pero el cambio fue muy brusco y me dijeron que no llevaba bien la sequedad castellana, tanto de paisaje como de trato. Al cabo del tiempo, el químico falleció y ella volvió a Honduras. 
Otro tuvo una aventura prolongada con una mujer casada. Una noche, cenando con él y el director, nos sorprendió el marido que intentó  lavar su honor a golpes de disparos, sin consecuencias graves.

Como demostración de lo bien que hice la selección y formación del nuevo personal, tengo que acusarme de la elección del que iba a ser jefe de seguridad.
Una vez elegido, salimos con él y otros compañeros a tomar una cerveza en un local de Comayagua. Con nosotros venía un ingeniero de la empresa colaboradora de ingeniería que arrastraba una tragedia familiar, en una misión anterior sus dos hijas pequeñas habían muerto por una descarga eléctrica en una lavadora mal aislada.
En un momento determinado, en el calor de una tonta discusión, el jefe de seguridad sacó un revólver, quitó todas las balas menos una, hizo rodar el cargador y colocándolo en la sien del español hizo clik sin que ocurriese nada más grave que el susto.
No cabe duda de que el jefe de seguridad tuvo el empleo más efímero que se recuerda.




La alegre Buhardilla
Separata cultural Edicion conjunta El noctambulo de Hoy 29  de Marzo de 2.018 nº 19      Precio: 1 real


ESQUINA OESTE: CINE
Por Julie Blanc-sec


“La casa junto al mar” de Robert Guédiguian, un regreso a las raíces

Robert Guédiguian, el realizador de la inteligente película “Las nieves del Kilimanjaro”, regresa con los mismos actores –Ariane AscarideJean-Pierre DarrousinAnaïs Demoustier y Gérard Meylan– en una historia de nostalgia y resignación, evocación de una época que ya ha pasado, de nuevo teniendo como escenario Marsella: una hermosa cala donde se encuentra la casa familiar, punto  de reencuentro de tres hermanos, ya maduros, en torno al padre, propietario de un restaurante toda su vida,  que ha sufrido un ataque cerebral.
Para los dos hermanos, es un regreso a las fuentes, el momento de rememorar una infancia lejana en un lugar que fue paraíso de convivencia y ahora está reservado a las escasas familias acomodadas que solo acuden en vacaciones. Para Angèle (Ariane Ascaride), la mujer, en cambio, que regresa como una consumada y reconocida actriz, es el contacto con una realidad que ha querido olvidar, un drama ocurrido hace mucho tiempo que le ha impedido volver antes.
El cuarto personaje, la encantadora Anaïs Demoustier, es la novia “demasiado joven” de Joseph (Jean-Pierre Darroussin). Precisamente es en el choque entre estas dos franjas de edad, “dos mundos opuestos”, donde falla la película, que convierte la situación en una caricatura: ”de un lado la generación de la posguerra, educada en los ideales de libertad y fraternidad, y de otro sus herederos muy a gusto en el universo consumista del poder y el dinero”. (Otra historia de amor “inútil”, entre la mujer madura y un joven pescador, sobra en el relato).
Como es habitual en las historias “de familia”, se entrecruzan sentimientos de fidelidad y desilusión, depresión y rabia, arreglos de cuentas y ternura, explicados por los numerosos flashbacks de la juventud de los protagonistas, que nos recuerdan que el tiempo pasa y el mundo es un movimiento continuo.
Hasta que el drama familiar se amplía con un punto de melodrama y se convierte en emocionante discurso político marcado por el encuentro de los protagonistas con tres niños –también dos varones y una chica-, emigrantes clandestinos escondidos entre unos matorrales, supervivientes de una patera hundida. Un “incidente” que consigue que los tres hermanos vuelvan a ser la piña que fueron en sus mejores años y se vuelquen en proteger a los pequeños, convirtiendo la película en un relato de esperanza, y recuperando la utopía.

ESQUINA ESTE: CIENCIA
Por el doctor Arcadio Funset

Como se prometió en un número anterior, y en memoria de Stephen Hawking, me permito acometer desde mi modestia científica una aproximación a lo que supone la obra de este excepcional personaje.
Aquí, en una forma altamente simplificada (que los físicos me perdonen), sus cinco principales contribuciones a la idea moderna del Cosmos.
Como el tema es muy denso, vamos a irlas dosificando, publicando en sucesivas apariciones de esta columna las cinco contribuciones.

1 - El crecimiento de la superficie de un agujero negro

En su libro Breve historia de los tiempos, recuerda Stephen Hawking  que una noche de noviembre de 1970 se fue a la cama convencido de su incapacidad para poder describir de forma sencilla el concepto de agujero negro. Piensa que va a ser una ardua tarea, pero tiene tiempo para pensarlo. Se vuelca en ello, en los fenómenos que ocurren en el horizonte inmaterial que marca los límites del agujero negro. Llega a una conclusión curiosa. Si dos agujeros negros enfrentados antes se funden para formar uno más, el horizonte de la superficie final del agujero sería mayor que la suma de las superficies de los agujeros negros originales. Esta propiedad de no crecer limita severamente el posible comportamiento de un agujero negro. Estaba tan emocionado por este descubrimiento que dormí poco esa noche. Al día siguiente llamé a Roger Penrose


Si la superficie de un agujero negro sólo puede crecer, este comportamiento evoca una cantidad física que se comporta de la misma manera: la entropía, que describe el desorden de un sistema, y la segunda ley de la termodinámica dice que sólo puede crecer en un sistema aislado. Pero la reconciliación parece inicialmente problemática. Si un agujero negro está rodeado por gas que le rodea en parte, también absorbe la entropía del gas. Sin embargo, la segunda ley de la termodinámica implica que no puede disminuir la entropía total del sistema de gas-agujero negro. No se viola esta ley si la superficie del horizonte del evento es una medida de la entropía del agujero negro. Pues, en efecto, aumenta con la absorción de este gas. Un sistema físico que aplica la entropía también tiene una temperatura, y si tiene temperatura emite radiación. Pero  en ese momento, los agujeros negros no hacen nada. .

Nuestro interés es resaltar la categoría humana de un hombre que hasta en la cama piensa en estos arduos problemas y, lo que es excepcional, los resuelve y logra difundir su solución de una forma asequible para todos.

Fuente: Jean-LucGoudet
Journaliste Futura Science

El noctámbulo, nº 19 / 4ª Epoca  /  29 de Marzo de 2.018                                                                                                    Página 7
Cumpliendo la reglamentación vigente, señalamos que el Propietario y Director de El noctámbulo y de  Posada Literaria es el señor don Luis Díaz Garrido, mayor de edad en exceso, español.                                                                   proisa@digimedia.es



1 comentario:

  1. Después de la gripe y los males de los motores, tengo que de verdad felicitar al director por el excelente trabajo de sus colaboradores. Todos los artículos de este número me han gustado, en especial el de Juan Quintín por su testimonio de vida. Me ha impresionado el duro trabajo de Marta y el de toda su familia para ver hoy los resultados y progresos. Felicitaciones!
    Lo de Honduras muy simpático y lo de CIENCIA con los agujeros negros, muy interesante.
    Estaré a la espera de próximos números.

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