El noctámbulo
Informativo
amplio Edición Domingo Hoy 9 de AGOSTO de 2.018 nº 26 Precio:
1 real
SUMARIO
1.
MUNDO ABIERTO, Paréntesis por Marelvis Orellana
2.
EL BUEN VIVIR, Bebercio (II) por Luigi Palatino
3.
ESQUINA OESTE: CINE Las Guardianas, por Julia Blanc-sec
4.
ESQUINA NORTE: LIBROS Pulso, por Julia Blanc-sec
5.
PINCELADAS DE MI MUNDO por Marta Díaz
6.
AL DIRECTOR QUE LE DEN
7.
LEYENDAS URBANAS
MUNDO ABIERTO
PARENTESIS
Por Marelvis
Orellana
Mi anterior crónica podría ser
la última de mi primera estancia en Honduras
Me he tomado unos días de
descanso y aceptando una invitación de un buen amigo, me he ido unos días a su
casa en Los Roques, archipiélago de coral, casi enfrente de Caracas, de la que
les separa una media hora de vuelo.
Desde mi lecho, una especie de
túmulo que no tálamo, ya no estoy para esos trotes, veo el mar a través de la
baranda o galería corrida que rodea la casa a la altura de su primer piso.
El túmulo está envuelto en un
dosel de tul que preserva de los mosquitos.
El mar es de un azul
inexplicable, a veces turquesa brillante otras azul oscuro. Decir azul de
Prusia en estas latitudes del trópico es por lo menos anacrónico.
Espatarrada que no tumbada
tengo un recuerdo para mis compañeros de redacción en un absurdo tour por las
Pitiusas, que creo que es el nombre antiguo de Las Baleares.
Pienso en ellos, en como los
conocí, a cada uno en épocas y circunstancias distintas.
Debo situar estos recuerdos
para mejor seguimiento por parte de los lectores de mis cuitas y andanzas.
Nací en Venezuela y mis
conocimientos provienen de mi paso por universidades de los Estados y algunos
institutos, especializados en Recursos Humanos, de Francia e Inglaterra
Di tumbos profesionales y
amorosos en Francia y Alemania. Tumbos lógicos de mi juventud y de mi melena
pelirroja.
Siempre he trabajado para
varios clientes, sin exclusividad, aunque si el desempeño lo exigía podía estar
un cierto tiempo con un mismo y único cliente.
Allá por los años 70 del siglo
pasado, (¡Dios, que vieja soy!), un amble Director, Don Augusto, de una empresa
cementera española, contrató con mi oficina para encargarme un trabajo
concreto: la contratación de ingenieros jóvenes ya que la Empresa iniciaba un
ambicioso programa de desarrollo y modernización.
La idea era situar a cada uno
de estos jovenzuelos en las distintas fábricas. Todas ellas dedicadas a
producir polvo y cemento, en ese orden o en el contrario.
Tomé contacto y me encontré
que ya llegaba tarde. Don Augusto se había lanzado a contratar a un tal Lewis
Wooster como jefe del Departamento de Proyectos y unos pocos meses después a
otro ingeniero sénior, César, parece ser que amigo de Lewis de toda la vida
César se encargaría de
unificar los almacenes de repuestos de las fábricas y de iniciar una
centralización de las compras.
Puse un anuncio en los
periódicos y empecé a recibir ofertas y c.v. Preparé una lista con los posibles
elegidos por sus conocimientos y entre ellos figuraban dos con ciertas
discapacidades leves.
Cuando se la presenté a Don
Augusto en su despacho, entró Don Guillermo, Director General Técnico, ingeniero de formación y ascendencia catalana, con
un tic que le hacía estirar el cuello como si le apretase el de la camisa.
Cuando le conocí mejor me di
cuenta de su enorme capacidad de análisis, y de resolución rápida y efectiva de
problemas.
En esos momentos iniciales me
cayó mal, ya que me dijo que mi lista de candidatos más parecía un casting para
una película de Nôtre Dame. Me dijo que me dejara de vainas y escogiera a los más jóvenes aunque no supieran lo que era un
tornillo
Abrí de nuevo mi archivo y
seleccione entre otros a tres singulares:
-
El del c.v. en un solo folio, escrito a mano en la
parte superior coronada por una cruz, y con datos totalmente básicos, sin más
adornos.(AA)
-
El de 14 folios a máquina, que relacionaba todas
las notas recibidas desde preescolar hasta el final da carrera, con detalles
curiosos de sus aficiones a tocar el piano y hacer camping así como manifestar,
al igual que otros miles de españoles, que había tocado con el grupo musical de
entonces, Los Pekeniques. (FJN)
-
El c.v. de un cubano, llegado a España en los
tiempos iniciales de Fidel Castro. Había obtenido el título de Ingeniero
Superior en la Escuela de Madrid, con notas excelentes, y vivía solo en una
mini pensión por la Costa Fleming* de Madrid; su actividad principal consistía
en el envío de medicinas y otros productos escasos allí a sus familiares
directos, que seguían viviendo en La Habana.( JH)
Estos tres candidatos fueron
aceptados y de ellos conservo las iniciales de sus nombres.
(Lewis me enseño a
representar a cada persona por las iniciales de su nombre y apellido, con lo
cual se ganaba tiempo y una cierta privacidad. Son las letras que figuran al
final de cada párrafo anterior)
Don Augusto los recibió y les
dijo que debían pasar un curso de formación en la fábrica de Toledo. Debió
disfrutar con la idea del camping que le dio FJN, y los envió a una especie de
bungalows para su estancia de lunes a sábado. Y ya puesto a ello, unió al
alegre grupo al recién llegado César, el cual por edad y experiencia se erigió
en el baranda del grupo.
Entre otros sucesos, César me
contaba que el jueves del Corpus, fiesta mayor en Toledo fueron todos a la
Catedral. JH era católico y practicante y se puso en la fila para comulgar.
Mientras, el órgano a toda pastilla o volumen. Había mucha gente y un grupo de
señoras, ataviadas con mantillas, intentaban sobrepasar al bueno de JH el
cuál y de forma fuerte y alta se dirigió
a ellas y les gritó, justo en el momento que el órgano quedó en silencio:
-Señoras, no empujen que hay h…
para todas
Se le oyó en toda La Catedral
·
Costa Fleming. La calle del Doctor Fleming daba nombre
a un barrio, donde al principio vivían los norteamericanos que vinieron a
Madrid por lo de la Base Conjunta de Torrejón que convivían en la zona con
señoritas dedicadas al aprendizaje del inglés y a otras prácticas no tan
saludables.
EL BUEN VIVIR
BEBERCIO
(II)
Por Luigi Palatino
Ya una vez en tierra firme, debo disentir de
mi Director. El retraso del regreso no fue por una resaca mía, sino por mi poca
destreza en el manejo del remo al que me condenó el dueño de la barquita, como
si fuese un vogatore de galeras
Nuestra compañera Marta Díaz nos invitó a
comer en La Marina, restaurante de El
Grao de Castellón.
Marta posee una tarjeta de crédito que usa mensualmente para
el pago de los múltiples abonos de transporte que debe asumir para ir a la
Empresa, a sus clases y cursos y a sus voluntariados.
Marta odia que la tarjeta se quede
parapléjica, o sea sin movimiento, y en este mes de agosto que no tiene cargos
de abonos la da marcha invitando a sus amigos
Il delizioso menu: Carpaccio de gambas
crudas, sinfonía variada de cáscaras y arroz del señoret
(Nunca emplear la palabra paella. No os
coméis un útil de cocina. Disfrutáis de un arroz, negro o a la valenciana, del
señoret o abanda, o un arroz a lo que sea)
Me sorprendió el vino. Un verdejo etiquetado
con l’orribile nome de Perro Verde. Para mayor perplejidad, en el dibujito de
los dos perros verdes con el pelo erizado flotaba la imagen de una mariposa,
cuyo simbolismo ignoro.
Este trauma me ha llevado a recordar mis
principios cuando los vinos de marca eran unos pocos, con nombres serios y con
etiquetados aún más serios.
Sono venuto a Madrid alla fine della guerra mondiale. Ho chiamato mio zio e
padrino Don Luigi Carmaleone.
El EJE hacía aguas e Italia se esmeraba en
salirse de él, tal vez porque la previsible victoria aliada no la cogiese en
enaguas.
(Para los nuevos. Se denominaba EL EJE la
alianza bélica de Berlín, Roma y Tokio, o sea la Alemania nazi, la Italia
fascista y el Japón de Hiro-Hito, que luchaban contra los aliados que eran el
resto)
(Surrealista era el eslogan de los tifosi
del Estudiante, llamados La Demencia, que en los partidos de baloncesto contra
el Madrid, entonaban: “¡Qué es el viento?
El bigote de Hiro Hito en movimiento”)
Don Luigi, asesorado por Il Consigliero
familiar, abrió un Bar-Tasca-Trattoria en la calle Echegaray de Madrid. Sono
stto un degno servo. Oía a castizos madrileños sonreír con guasa comentando
aquello de que en la batalla de Guadalajara, en la Guerra Civil española, el
mando italiano dio la consigna de “Camerati italiani, a la baionetta” y
entendieron “Italianos, a la camioneta” abandonando a toda prisa el frente
Años después coincidí, en noches de vino,
con el humorista Tip, al cual a veces acompañaba un hombretón republicano con
gorra, tan alto como él y que según su nivel de vino, con vozarrón estentóreo,
proclamaba: “En Guadalajara, les dimos” y luego con seriedad brindaba,
levantando el vaso, por el Mariscal Foch.
Don Luigi s empeñaba en ofrecer vinos
italianos, como Chianti, Amarone y otros
La respuesta hispánica se basaba en que eran
más flojos que el Valdepeñas, vino común que se bebía en todas las casas y en
todas las tabernas.
Me apunta Juan Quintín que su padre tenía la
debilidad de comer con cierta frecuencia en restaurantes y pedía siempre CUNE,
o Paternina o Marqués del Riscal, que eran las marcas de entonces a las que se
unía un Viña Tondonia o un Viña Ardanza según ocasiones. Si pedía un blanco
ordenaba Diamante o Aleya
(Se dice y se dice mal, CUNE, cuando es el
acróstico de Compañía Vinícola del Noroeste de España. Verdaderamente es difícil
pronunciar CVNE)
Posteriormente se fueron incorporando, según
crecía la cultura vinícola y el peculio, Marqués de Cáceres, Coto de Imaz,
Ramon Bilbao…
El Marqués de Riscal se solicitaba por una
mala asociación de idea con la Parrilla del Riscal, famosa por sus arroces y
por sus alegres y femeninas acompañantes
de los comensales.
Posteriormente, con la transición se produjo
la eclosión de los Ribera del Duero, capitaneados por el carísimo Vega Sicilia.
El nuevo poder de las autonomías se maridaba con el trasiego del Vega.
Se un giorno ne avrò il tempo, editaré un
estudio de la correlación de los cambios sociales y políticos en España con la
aparición de viñedos, bodegas y marcas
Las marcas antiguas siempre se relacionaban
con señoríos o marquesados
Oggi ho visto un vino llamado Perro Verde.
Me quedo sin fuerzas para seguir comentando.
Le circostanze mi superano
La alegre Buhardilla
Separata cultural Edicion conjunta El noctambulo de Hoy 9 de Agosto de 2.018 nº 26 Precio: 1 real
ESQUINA
OESTE: CINE
Por Julia Blanc-sec
“Las guardianas”, la guerra
vista desde las mujeres que sustituyen a los hombres
Siempre ocurría lo mismo. Llegaba la guerra, los hombres eran reclamados en
el frente y las mujeres tenían que sustituirlos: en las fábricas, en el campo,
en las granjas…
Xavier Beauvois (el realizador de “De dioses y
hombres”, Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes), retoma este
argumento y nos cuenta el conflicto desde el interior de los hogares sin
hombres, donde las mujeres –“Las guardianas”- resisten multiplicando sus
tareas.
“Las guardianas” transcurre durante la primera
guerra mundial. Nathalie Baye es Hortense, la matriarca de la
granja Pardier, y Laura Smet es Solange, su hija
(en la vida real, Nathalie y Laura son también madre e hija). La señora decide
acoger a la joven huérfana Francine (Iris Bay) para que
le ayude. La chica, que procede de la asistencia social, cree haber encontrado
una familia. Pero, cuando los hombres de la granja regresan de permiso, se
agitan las emociones y aparece el amor en el momento menos adecuado.
Western rural, homenaje al trabajo de la tierra,
película realista y formalmente muy clásica. Un relato meditativo y desigual
que vira al melodrama, adaptación de la novela homónima de Ernest Pérochon (premio Goncourt 1920), un casi olvidado
escritor francés del viejo mundo rural, casi desaparecido ya y traumatizado por
la Gran Guerra, que sigue con la paciencia del mundo campesino el ritmo de las
estaciones y la desilusión de la joven Francine. Una historia que parece
suceder fuera, o al margen, del tiempo real, sobre unas vidas suspendidas
temporalmente, que repiten casi como un mantra “después de la guerra…”.
La
auténtica heroína de la película, aplaudida como “una revelación” por la
crítica francesa, es la debutante Iris Bay, representación de una mujer libre,
víctima sacrificada por la maledicencia y los convencionalismos, y anuncio de
una emancipación que iba a producirse apenas un par de décadas más tarde.
Si os apetece ver el
tráiler en español, podéis hacer clic en el enlace siguiente
ESQUINA
SUR: LIBROS
Por Julia Blanc-sec
Pulso de Julián Barnes: Pequeños cuentos de nuestra época
Retratos,
instantáneas de un momento, unas horas, un día, incluso una vida; minimalistas,
filtrados por el colador de lo que está en boga (y no de moda), la moneda
única, el ascenso y llegada de Obama a Washington, la jardinería o la
alimentación sana (como si siempre dependiera de nosotros)… Los cuentos de
Julian Barnes incluidos en su última obra publicada, Pulso, tienen la virtud de hablarnos sin pretensiones de nosotros
mismos, de nuestros amigos y del mundo donde nos encontramos encajados, con
pocas posibilidades de escape, todo hay que decirlo. Relatos construidos con muchas dosis de
ternura, un cierto escepticismo y una mirada muy contemporánea sobre el paisaje
y el paisanaje de ahora mismo. Inteligencia, sensibilidad y un humor muy british, en estos cuentos de una clase media inglesa que “jardinea”, sale a
caminar, se reúne a cenar, hace el amor
y mantiene largas conversaciones entre amigos que se hacen compañía, a veces crudas
y siempre llenas de ironía.
Prácticamente desde el
principio del libro lo que se va fijando en la cabeza del lector es la tertulia
de los invitados “En casa de Phil y Joanna” como un debate ininterrumpido que
salta a zancadas sobre los cuentos y reaparece de vez en cuando, hasta cuatro
veces en el libro, para afianzar el hilo
conductor de todos ellos y devolvernos a ese momento ordinario en que, cuando
nos vemos sin prisas con los amigos, a medida que comemos y bebemos vamos
desgranando nuestras preocupaciones: el cáncer, la gripe A, fumar o no fumar, la vejez, la política, la
crisis, el sexo…y hasta la mermelada. Sujetos todos apasionantes, emocionantes,
existenciales. La vida misma. Mezcla de melancolía, placer de los sentidos y
los recuerdos, y lamento (mitigado) del tiempo que pasa.
“Ya habíamos vuelto a hablar de
las primas de los banqueros y de los continuos problemas de Obama, y del hecho
de que el alcalde de Londres no parecía haber apartado del servicio ningún autobús de dos pisos, así que nos sentimos
casi aliviados cuando surgió el tema de la nueva mesa de madera de arce que
Joanna había comprado.
-No es vistosa y es muy
sufrida.
-Como el resto de nosotros.
-¿Tienes que aplicarle aceite a
menudo?
-Hay una fórmula: una vez al
día durante una semana, una vez a la semana durante un mes, una vez al mes
durante un año, y a partir de ahí solo cuando creas que le vendrá bien.
-Parece la fórmula del sexo en
el matrimonio.
-Dick, no seas cafre”.
“Todo suena como una consolación - se lee en un blog del diario Le Monde-, como una melodía serena milagrosamente llegada del pasado, a imagen de
la “música de las esferas celestes” que suena en “Armonía”. Una obra hermosa”.
A la medida de los distintos
cuentos, Julian Barnes va cambiando de registro, a menudo se abandona a la
nostalgia y siempre se centra en el amor: el libro está dedicado a Pat, Pat
Kavanagh, que fue su mujer y también su agente literario y falleció en
2008. “Es un libro triste y divertido a la vez. De una melancolía a
menudo desgarradora y de una ironía
siempre tenaz (…) aunque Julian Barnes no cede a la confesión. “Never complain,
never explaines”, demasiado ingles para mostrarse al desnudo, demasiado
flaubertiano para ser complaciente(…) Si
fuera francés –lo es casi- sería una mezcla de La Bruyère y Sempé” (Bibliobs. Jérôme Garcin)
En el
caso de que, aparte las incursiones del viernes por la noche en casa de Phil y
Joanna, hubiera que elegir entre los catorce relatos del volumen, me quedaría
con “Viento del este”, “Acostarse con John UPdike”, “Las líneas del matrimonio”
y el “Pulso” que cierra el volumen.
Julian
Barnes, que es un maestro del diálogo
acumula premios de reconocimiento a sus diez libros publicados hasta la fecha:
reciente galardonado, en octubre de 2011, con el Man Booker Prize por algo que
probablemente se traducirá como “El sentido de un final”, tiene también el
Premio Medicis de ensayo y el Geoffrey Faber Memorial por “El loro de Flaubert”(1986) y el Premio
Femina a la mejor novela extranjera publicada en Francia (1992) por “Love, etc”,
traducido aquí como “Hablando del asunto”.
“Pulso” fue elegido por la prestigiosa revista francesa Lire como el
mejor libro de cuentos de la “rentrée”
del otoño de 2011.
“Pulso”
Julian Barnes
Editorial Anagrama
ISBN: 9788433975799
264 páginas,
1
PINCELADAS DE MI MUNDO
Por Marta Díaz
LA HUELGA
La huelga, si se hace a lo tonto
no significa nada. No se consiguen más o menos licencias para unos o para
otros, parando los medios de transporte.
Si cortáis carreteras para que
todos lleguemos tarde a trabajar.
No es forma para mantener a
vuestras familias, o para ganar más sueldo.
Lo verdadero es trabajar y no
podemos estar siempre haciendo huelga
LAS GAVIOTAS
En la playa de Castellón, vi palos de madera dónde reposan las gaviotas
Ponen los huevos en las rocas y comen peces
Es como ver rapaces pero en la playa
¡ qué curioso ver las
gaviotas !
PLANETARIO DE CASTELLÓN
En el Planetario se vé salir el Sol de Este a Oeste, pero
según camine el sol hará frio en invierno y calor en el verano
En la Tierra somos espectadores de un enorme planetario
AL DIRECTOR QUE LE DEN
Sr. Director,
Tengo que decirle que discrepo completamente de la
selección efectuada por su reportero para el tema de la sexualidad de los
“mayores”. Podía haber buscado alguna voz discrepante a tanta resignación, que
desmiente la realidad de muchas residencias y centros más o menos culturales
donde se conforman parejas de hecho y hasta matrimonios de derecho, incluso
canónico. Por no hablar de Internet que, aparte algunos fiascos, está sirviendo
para juntar soledades. Sin ir más lejos, tengo yo una amiga perseverante que,
tras varios intentos fallidos, ha encontrado algo que ella llama “relación”,
profesor de universidad y quince años más joven, que le ha cambiado la vida.
En su reportaje, la única voz que parecía tener algo que
contar era doña Angustias pero ignoro por qué apenas habló. Seguramente por
miedo a que la lapidaran.
Atentamente
Pitiusa
Roca de Togores y Mármol de Carrara
Leyendas
Urbanas
En aquellos tiempos,
los portales se cerraban a las 10 de la noche y su apertura, según las
necesidades de los vecinos, era realizada por el Sereno. (Oficio desaparecido
que necesita un recordatorio por algún colaborador de El noctámbulo).
Las llaves de los
portales eran grandes, de hierro forjado. A un joven de 22 años su padre le dio
la alternativa de confiar en él, y entregarle la llave para que pudiera llegar
antes de las 12 y no tuviera que requerir al Sereno.
El joven se fue a un
guateque y bailó un apretado con una
mozuela, que ruborosa le dijo:
- Huy no me aprietes
tanto que noto algo duro y molesto
A lo que el joven
contestó
-Ah, no te preocupes
que es la llave del portal
*Guateque= Reunión en la casa familiar de la jovencita
casadera. Fiesta vigilada discretamente por los paternos y consistente en
música de vinilo y bebida denominada “cap”, de baja graduación alcohólica
regulada por los citados paternos.
El Matritense
castizo
en exceso, español. Cumpliendo la
reglamentación vigente, señalamos que el Propietario y Director de El noctámbulo y de Posada Literaria es el señor don Luis
Díaz Garrido, mayor de edad
proisa@digimedia.es


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