El noctámbulo
Informativo
amplio Edición de Hoy jueves
08 de Marzo de 2.018 nº 15 Precio: 1 real
AVISO A NAVEGANTES
El
director
Hoy
es el día de la mujer trabajadora. “Como
si los 364 días restantes no lo fuesen.”
El
noctambulo se pensó y se creó con la única idea de compartir recuerdos y
vivencias con aquellos lectores que pudieran estar interesados.
Nuestros
colaboradores se exigen conjugar sus experiencias con la amenidad e intentar
pincelar sus relatos con un humor liviano y nunca hiriente
Consideramos
que el día de hoy no debe tener tintes políticos, como nunca lo tuvieron
nuestras relaciones con nuestras madres, hermanas, novias, esposas, compañeras
de vida y compañeras de trabajo.
Ellas
se merecen que con seriedad hagamos un paréntesis y dediquemos unas reflexiones
sobre el sentido, la responsabilidad y el sacrificio de tantas mujeres.
Poe
eso nos ha parecido consecuente abrir esta edición con unos párrafos que nos ha
enviado Madame Julia Blanc-sec,
entresacados de un trabajo suyo, publicado hace unos años en un día como el de
hoy:
Si alguna vez tuvo justificación “celebrar” el
día de la mujer trabajadora ahora esa justificación ya no existe, como no sea
para recordar a las 146 valientes trabajadoras de la fábrica textil
Cotton de Nueva York que murieron calcinadas en el incendio provocado por la
patronal, cuando se negaron a abandonar el encierro en protesta por
los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían (y a lo
mejor ni siquiera, porque hay historiadores que aseguran que no sucedió en
marzo sino en noviembre).
El día de la mujer trabajadora, o sea todas las
mujeres, son los 365 del calendario gregoriano, lo mismo que el del hombre
trabajador. Cada vez que se acerca la fecha los medios de comunicación, y con
especial dedicación las revistas “femeninas”, se llenan de artículos y
reportajes sobre los avances conseguidos por las mujeres en la reivindicación
de sus derechos a partir de finales del siglo XIX, cuando las pioneras salían
vestidas por sus enemigos a reclamar el voto.
Lo llaman crisis y para las mujeres es una
condena adicional a los siglos de discriminación y dependencia, que ahora es
pobreza pero dentro de poco va ser miseria: a estas alturas de la película, en
España las mujeres que cobran un salario siguen percibiendo el 16 % menos que
los hombres en igualdad de condiciones, y el aumento de la esperanza de vida
hace recaer sobre ellas todo el peso de la dependencia de los mayores, que no
es poco, sumado al de la cada vez más larga dependencia de los hijos… y del
compañero muchas veces, porque evidentemente la parte masculina de los millones
de parados no corresponde solo a solteros sin compromiso.
Hubo un tiempo en que el occidente rico
equiparaba a las mujeres con otras “minorías” pisoteadas, esclavizadas,
carentes de derechos (en buena parte del oriente, también rico, ni siquiera se
las considera(ba) más que como meros instrumentos reproductores). Los
juguetes y muchos cuentos infantiles han tenido desde siempre un papel
importante en la reproducción de los roles.
Pero ni fuimos nunca minoría ni las dos
opciones mencionadas constituían toda la realidad del planeta: en rincones
desconocidos por la mayoría, como el norte de China, las distintas Laponias y
la mayoría de las poblaciones nómadas, han pervivido hasta nuestros días
espléndidas sociedades matriarcales, en las que el poder está en manos de
mujeres y los hombres son quienes se encargan de proporcionar los alimentos y
el contingente imprescindible para que la especie se perpetúe.
Tras siglos de continuas batallas, con el poder
detentado por hombres, para la conquista y reconquista de los derechos de
las mujeres como personas, obligadas a estar siempre en pie de guerra, a
demostrar cada día que “valemos”, a defender con los dientes nuestro derecho al
trabajo, a la igualdad de oportunidades, al mismo salario para el mismo
trabajo, a arrancarles, a ellos, el derecho a disponer de nuestro cuerpo cuando
padres, maridos y hermanos, lo habían incluido históricamente entre sus
propiedades, el feminismo ahora es cosa de los dos sexos y de todos los días.
“El feminismo, dice el escritor francés Benoîte Groult,
es un hermoso movimiento pacifista que nunca ha matado a nadie, mientras que el
machismo mata todos los días”
“La utopía de hoy es la realidad de
mañana”, decía Víctor
Hugo, y la utopía de hoy es un mundo de seres diferentes pero
iguales en derechos, un mundo de “siete mil millones y medio de seres”, de los
que más de la mitad son mujeres.
DESEMPEÑO Y LUCHA
ANTECEDENTES DE LA
BATALLA
Por Sir Lewis Wooster
Terminada mi estancia en KREFELD por
imposición de mis jefes, que en España dudaban
de mi desempeño, más que nada porque sus espías debían narrarles mis epopeyas
cerveceras, volví con mis numerosos blocs de anotaciones y una confusa idea de
lo que se iba a parir con mi ayuda técnica.
Así salió. Lo copié tan exacto, tan
germánicamente preciso, que al final construimos una fábrica sin una sola windows.
Toda cerrada, igual que la original encajonada entre pabellones fabriles.
Lo curioso es que la nueva planta estaba
perdida y solitaria en una llanura castellana en la que por no haber no había
ni árboles
Me consolaba la idea de que al ser una
planta química el no tener huecos ponía freno a las explosiones.
La dimetilfenolamida, el polímero de acrilonitrito
y otras porquerías eran los productos a manejar. Había instrucciones traducidas
del alemán que indicaba que el roce con la dimetil producía escozores, a tratar rociándose con agua los ojos. Según los
alemanes, el chorrito de agua necesitaba
imprescindiblemente un lavabo y una tubería de agua, cosa que nunca se nos
hubiera ocurrido a los británicos y mucho menos a los hispánicos sumergidos en
la bendita cultura del vino. Los alemanes no aclaraban como se llegaba hasta el
chorrito si los ojos estaban hinchados como puños.
La producción necesitaba de cosas raras en
número y calidad, como eran 300 botes de acero inoxidable, idénticos en tamaño
a los contenedores de reciclaje que son ornatos en
nuestras ciudades europeas.
Durante años mi rica colección de pullovers
y mis calcetines de cuadros escoceses conservaron el inconfundible olor de las
porquerías citadas.
Creo que el cambio de coloración de mi
cabello estuvo influída por esos vapores melifluos.
Hasta el gintonic empezó a saberme distinto.
Debido a la idiosincrasia española, se
celebró conjuntamente la puesta de la primera piedra y la recogida del primer
hilo de fibra. Ceremonia con obispo y mandos del Movimiento.
(Tengo que preguntar a mis friends spaniards porque se llamaban del
Movimiento si tenían inmovilidad congénita)
Vino un ministro. Asintió a las
explicaciones, le hicieron un lacito con la primera fibra y se fue corriendo a
tomar un avión que se estrelló.
El coro de viejos ingenieros me comentaban melosamente
que la renovación de las especies empezaba conmigo destinado a ser macho alfa
cuando ellos fuesen machos omega, bendiciéndome desde el otro mundo. Se agarraban
a la vida con pegamento y era cansino esperar una epidemia de gripe para
promocionar.
No me sedujo la perspectiva y aprovechando
un viaje a Escocia para comer truchas y foiegras
crudo, delicias de la masoquista cocina británica, presenté mi renuncia a
seguir oliendo a algo parecido al formol de los forenses.
EL BUEN VIVIR
CALÇONETS
Por Luigi Palatino
Vivimos
la actualidad intensamente. Así que me fui a investigar un restaurante, EL
PORTILLO AÑIL, que ofrecía calçonets en los fines de semana.
La Spagna
me ofrece cada día un variado panorama gastronómico. Soy de los que creen que
no hay una cocina española, sino una suma de buenísimas cocinas catalanas,
gallegas, castellanas, andaluzas,…
Desde
mi arribada y por sus raíces mediterráneas, de nuestro mar común, me
apasionaron i piatti catalani, el conill al ast, los canalons, el arròs negre,
la sopa de col de la Seu D¨Urgell, el bacalao en cazuela de Pla de Bages,…
Nunca
supe donde clasificar los calçonets. No necesita preparación, soltanto una
buena brasa y una cuidada elaboración de salsa de calçots. Pecado sumarísimo
emplear la salsa romesco por muy buena que sea.
La
primera vez que los probé, los envolvían en papel de periódico y los
depositaban en una rejilla sobre las brasas.
En
su momento se retiran, se separa el papel medio carbonizado y las hojas
exteriores. Cada comensal se prepara el suyo, retirando hojas externas hasta
que aparezca el núcleo blanco y jugoso.
Se
moja en la salsa. Se levanta la mirada al cielo con la cabeza hacia atrás, se
abre la boca lo más posible, se levanta el brazo con el calçot como en un
saludo al Sol, se apunta a la boca con cierta habilidad y puntería y se deja
caer el calçot.
Con
mi temblor congénito me fallaba la puntería y algunos fueron intentos fallidos,
o salsa en los ojos.
Se
termina de comer calçonets, cuando si sentono agujetas en los brazos.
A
los comensales se les coloca un gran babero por el goteo.
Questa
domenica volví a disfrutar de esta divertida comida.
El
menú consistía en calçonets a discreción y parrillada de diversa carnes y con
las imprescindibles butifarras. De postre crema catalana. Prima se caramelizaba
con una plancha previamente puesta sobre brasas. Ahora si usano dardos de gas,
a mi me parece que se caramelizan con un tubo de escape
El vino,
de la casa, era de Guadajara, Bovial, de Monte Alcarria crianza 2009
La alegre Buhardilla
Separata cultural Edicion conjunta El noctambulo de Hoy 08 de Marzo de 2.018 nº 15 Precio: 1 real
ESQUINA
OESTE: CINE
The party, una comedia
negra muy british y muy ácida
Por Julia Blanc-Sec
Este nuevo Party está
lleno de sorpresas. Encerrados (es una
metáfora, hay siempre luz y se adivina un trozo ajardinado) en dos habitaciones
–el salón y la cocina- - siete personajes, más un octavo presente en todo momento
pero al que no veremos en la hora y poco más que dura el filme, nos ofrecen un vitriólico estudio
costumbrista a base de incisivos diálogos recitados por un reparto espectacular
– Kristin Scott Thomas, Patricia Clarkson, Bruno Ganz, Cherry Jones, Emily Mortimer, Cillian Murphy, Timothy Spall- mayoritariamente
británico.
En esta dominante british está todo el encanto de una
película corta pero viva, irreverente, con las angustias, las desilusiones y
los resentimientos de sus personajes, servidos con humor afilado y cinismo
constante, que ponen de manifiesto la hipocresía de la élite bienpensante a la que pertenecen. Como un plus, también es “una reflexión sobre los partidos políticos y su lenguaje, su
relación con la verdad, (…) sobre lo que nos pasa cuando la verdad se ve
distorsionada en la vida personal y en la política”.
Janet (Kristin Scott Thomas) acaba de ser nombrada ministra de
Sanidad, lo que significa el premio a toda una carrera política. Para
celebrarlo, con su esposo Bill (Timothy Spall) reúne a un pequeño grupo de
amigos en su casa. Son siete en total, que durante todo el tiempo esperan la
llegada de Marianne –“la hermosa Marianne, la magnífica Marianne…”, que
su joven marido quiere retener aunque sea a la fuerza y su viejo amante
conservar al precio que sea-, la octava invitada a una fiesta que acaba
convirtiéndose en tragedia.
Cuento moral que Sally Potter convierte
en diatriba contra todo, que añade a las virtudes ya reseñadas una fotografía casi expresionista en blanco y negro que retrata
magníficamente una metáfora de la Inglaterra anterior al Brexit, y unos
tipos que se quieren y se detestan alternativamente, en un espacio reducido
propicio a la cristalización de las pasiones y al estallido de las
angustias más recónditas.
A pesar de lo que pudiera pensarse, “The party” no es teatro
filmado, es una de esas raras joyas cinematográficas que, con un tono ácido,
aciertan a dar un repaso elegante y sin piedad a las costumbres de un época y
una clase.
Cumpliendo la reglamentación vigente,
señalamos que el Propietario y Director de El noctámbulo y de Posada Literaria es el señor don Luis
Díaz Garrido, mayor de edad en exceso, español. proisa@digimedia.es


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