miércoles, 7 de marzo de 2018

El noctámbulo número 15 08.03.2018


El noctámbulo
Informativo amplio              Edición de Hoy jueves 08 de Marzo de 2.018    nº 15          Precio: 1 real


AVISO A NAVEGANTES
                                                                  
El director

Hoy es el día de la mujer trabajadora. “Como si los 364 días restantes no lo fuesen.”
El noctambulo se pensó y se creó con la única idea de compartir recuerdos y vivencias con aquellos lectores que pudieran estar interesados.
Nuestros colaboradores se exigen conjugar sus experiencias con la amenidad e intentar pincelar sus relatos con un humor liviano y nunca hiriente
Consideramos que el día de hoy no debe tener tintes políticos, como nunca lo tuvieron nuestras relaciones con nuestras madres, hermanas, novias, esposas, compañeras de vida y compañeras de trabajo.
Ellas se merecen que con seriedad hagamos un paréntesis y dediquemos unas reflexiones sobre el sentido, la responsabilidad y el sacrificio de tantas mujeres.
Poe eso nos ha parecido consecuente abrir esta edición con unos párrafos que nos ha enviado Madame Julia Blanc-sec, entresacados de un trabajo suyo, publicado hace unos años en un día como el de hoy:




Si alguna vez tuvo justificación “celebrar” el día de la mujer trabajadora ahora esa justificación ya no existe, como no sea para recordar a las  146 valientes trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York que murieron calcinadas en el incendio provocado por la patronal, cuando se negaron a  abandonar el encierro en protesta  por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían (y a lo mejor ni siquiera, porque hay historiadores que aseguran que no sucedió en marzo sino en noviembre).
El día de la mujer trabajadora, o sea todas las mujeres, son los 365 del calendario gregoriano, lo mismo que el del hombre trabajador. Cada vez que se acerca la fecha los medios de comunicación, y con especial dedicación las revistas “femeninas”, se llenan de artículos y reportajes sobre los avances conseguidos por las mujeres en la reivindicación de sus derechos a partir de finales del siglo XIX, cuando las pioneras salían vestidas por sus enemigos a reclamar el voto.
Lo llaman crisis y para las mujeres es una condena adicional a los siglos de discriminación y dependencia, que ahora es pobreza pero dentro de poco va ser miseria: a estas alturas de la película, en España las mujeres que cobran un salario siguen percibiendo el 16 % menos que los hombres en igualdad de condiciones, y el aumento de la esperanza de vida hace recaer sobre ellas todo el peso de la dependencia de los mayores, que no es poco, sumado al de la cada vez más larga dependencia de los hijos… y del compañero muchas veces, porque evidentemente la parte masculina de los millones de parados no corresponde solo a solteros sin compromiso.
Hubo un tiempo en que el occidente rico equiparaba a las mujeres con otras “minorías” pisoteadas, esclavizadas, carentes de derechos (en buena parte del oriente, también rico, ni siquiera se las considera(ba) más que como meros instrumentos reproductores). Los juguetes y muchos cuentos infantiles han tenido desde siempre un papel  importante en la reproducción de los roles.
Pero ni fuimos nunca minoría ni las dos opciones mencionadas constituían toda la realidad del planeta: en rincones desconocidos por la mayoría, como el norte de China, las distintas Laponias y la mayoría de las poblaciones nómadas, han  pervivido hasta nuestros días espléndidas sociedades matriarcales, en las que el poder está en manos de mujeres y los hombres son quienes se encargan de proporcionar los alimentos y el contingente imprescindible para que la especie se perpetúe.
Tras siglos de continuas batallas, con el poder detentado por hombres, para  la conquista y reconquista de los derechos de las mujeres como personas, obligadas a estar siempre en pie de guerra, a demostrar cada día que “valemos”, a defender con los dientes nuestro derecho al trabajo, a la igualdad de oportunidades, al mismo salario para el mismo trabajo, a arrancarles, a ellos, el derecho a disponer de nuestro cuerpo cuando padres, maridos y hermanos, lo habían incluido históricamente entre sus propiedades, el feminismo ahora es cosa de los dos sexos y de todos los días.
“El feminismo, dice el escritor francés Benoîte Groult, es un hermoso movimiento pacifista que nunca ha matado a nadie, mientras que el machismo mata todos los días”
 “La utopía de hoy es la realidad de mañana”, decía Víctor Hugo, y la utopía de hoy es un mundo de seres diferentes pero iguales en derechos, un mundo de “siete mil millones y medio de seres”, de los que más de la mitad son mujeres.




DESEMPEÑO Y LUCHA

ANTECEDENTES DE LA BATALLA

Por  Sir Lewis Wooster


Terminada mi estancia en KREFELD por imposición de mis jefes, que en España dudaban de mi desempeño, más que nada porque sus espías debían narrarles mis epopeyas cerveceras, volví con mis numerosos blocs de anotaciones y una confusa idea de lo que se iba a parir con mi ayuda técnica.

Así salió. Lo copié tan exacto, tan germánicamente preciso, que al final construimos una fábrica sin una sola windows. Toda cerrada, igual que la original encajonada entre pabellones fabriles.
Lo curioso es que la nueva planta estaba perdida y solitaria en una llanura castellana en la que por no haber no había ni árboles

Me consolaba la idea de que al ser una planta química el no tener huecos ponía freno a las explosiones.

La dimetilfenolamida, el polímero de acrilonitrito y otras porquerías eran los productos a manejar. Había instrucciones traducidas del alemán que indicaba que el roce con la dimetil producía escozores, a tratar rociándose con agua los ojos. Según los alemanes, el chorrito de agua necesitaba imprescindiblemente un lavabo y una tubería de agua, cosa que nunca se nos hubiera ocurrido a los británicos y mucho menos a los hispánicos sumergidos en la bendita cultura del vino. Los alemanes no aclaraban como se llegaba hasta el chorrito si los ojos estaban hinchados como puños.

La producción necesitaba de cosas raras en número y calidad, como eran 300 botes de acero inoxidable, idénticos en tamaño a los contenedores de reciclaje que son ornatos en nuestras ciudades europeas.

Durante años mi rica colección de pullovers y mis calcetines de cuadros escoceses conservaron el inconfundible olor de las porquerías citadas.

Creo que el cambio de coloración de mi cabello estuvo influída por esos vapores melifluos.
Hasta el gintonic empezó a saberme distinto.

Debido a la idiosincrasia española, se celebró conjuntamente la puesta de la primera piedra y la recogida del primer hilo de fibra. Ceremonia con obispo y mandos del Movimiento.
(Tengo que preguntar a mis friends spaniards porque se llamaban del Movimiento si tenían inmovilidad congénita)

Vino un ministro. Asintió a las explicaciones, le hicieron un lacito con la primera fibra y se fue corriendo a tomar un avión que se estrelló.

El coro de viejos ingenieros me comentaban melosamente que la renovación de las especies empezaba conmigo destinado a ser macho alfa cuando ellos fuesen machos omega, bendiciéndome desde el otro mundo. Se agarraban a la vida con pegamento y era cansino esperar una epidemia de gripe para promocionar.

No me sedujo la perspectiva y aprovechando un viaje a Escocia para comer truchas y foiegras crudo, delicias de la masoquista cocina británica, presenté mi renuncia a seguir oliendo a algo parecido al formol de los forenses.



EL BUEN VIVIR

CALÇONETS

Por Luigi Palatino

Vivimos la actualidad intensamente. Así que me fui a investigar un restaurante, EL PORTILLO AÑIL, que ofrecía calçonets en los fines de semana.
La Spagna me ofrece cada día un variado panorama gastronómico. Soy de los que creen que no hay una cocina española, sino una suma de buenísimas cocinas catalanas, gallegas, castellanas, andaluzas,…
Desde mi arribada y por sus raíces mediterráneas, de nuestro mar común, me apasionaron i piatti catalani, el conill al ast, los canalons, el arròs negre, la sopa de col de la Seu D¨Urgell, el bacalao en cazuela de Pla de Bages,…
Nunca supe donde clasificar los calçonets. No necesita preparación, soltanto una buena brasa y una cuidada elaboración de salsa de calçots. Pecado sumarísimo emplear la salsa romesco por muy buena que sea.
La primera vez que los probé, los envolvían en papel de periódico y los depositaban en una rejilla sobre las brasas.
En su momento se retiran, se separa el papel medio carbonizado y las hojas exteriores. Cada comensal se prepara el suyo, retirando hojas externas hasta que aparezca el núcleo blanco y jugoso.
Se moja en la salsa. Se levanta la mirada al cielo con la cabeza hacia atrás, se abre la boca lo más posible, se levanta el brazo con el calçot como en un saludo al Sol, se apunta a la boca con cierta habilidad y puntería y se deja caer el calçot.
Con mi temblor congénito me fallaba la puntería y algunos fueron intentos fallidos, o salsa en los ojos.
Se termina de comer calçonets, cuando si sentono agujetas en los brazos.
A los comensales se les coloca un gran babero por el goteo.
Questa domenica volví a disfrutar de esta divertida comida.
El menú consistía en calçonets a discreción y parrillada de diversa carnes y con las imprescindibles butifarras. De postre crema catalana. Prima se caramelizaba con una plancha previamente puesta sobre brasas. Ahora si usano dardos de gas, a mi me parece que se caramelizan con un tubo de escape
El vino, de la casa, era de Guadajara, Bovial, de Monte Alcarria crianza 2009



La alegre Buhardilla
Separata cultural Edicion conjunta El noctambulo de Hoy 08  de Marzo de 2.018 nº 15       Precio: 1 real


ESQUINA OESTE: CINE


The party, una comedia negra muy british y muy ácida

                                                         Por Julia Blanc-Sec




La película "The Party", de la realizadora británica Sally Potter (“Orlando”, “Ginger and Rosa”),  retoma el título de una célebre comedia de Blake Edward, de 1969, que contaba una fiesta organizada por un magnate de Hollywood, en la que un actor (Peter Sellers) invitado por error provocaba un caos general. En este caso, lo que vamos a ver es una comedia negra muy sutil, con una mujer que celebra su nombramiento de ministra con una reunión de amigos que acaba pareciéndose a un pugilato (a varios).

Este nuevo Party está lleno de sorpresas.  Encerrados (es una metáfora, hay siempre luz y se adivina un trozo ajardinado) en dos habitaciones –el salón y la cocina- - siete personajes, más un octavo presente en todo momento pero al que no veremos en la hora y poco más que dura el filme,  nos ofrecen un vitriólico estudio costumbrista a base de incisivos diálogos recitados por un reparto espectacular – Kristin Scott ThomasPatricia ClarksonBruno GanzCherry JonesEmily MortimerCillian MurphyTimothy Spall- mayoritariamente británico.

En esta dominante british está todo el encanto de una película corta pero viva, irreverente, con las angustias, las desilusiones y los resentimientos de sus personajes, servidos con humor afilado y cinismo constante, que ponen de manifiesto la hipocresía de la élite bienpensante a la que pertenecen.  Como un plus, también es “una reflexión sobre los partidos políticos y su lenguaje, su relación con la verdad, (…) sobre lo que nos pasa cuando la verdad se ve distorsionada en la vida personal y en la política”.

Janet (Kristin Scott Thomas) acaba de ser nombrada ministra de Sanidad, lo que significa el premio a toda una carrera política. Para celebrarlo, con su esposo Bill (Timothy Spall) reúne a un pequeño grupo de amigos en su casa. Son siete en total, que durante todo el tiempo esperan la llegada de  Marianne –“la hermosa Marianne, la magnífica Marianne…”, que su joven marido quiere retener aunque sea a la fuerza y su viejo amante conservar al precio que sea-, la octava invitada a una fiesta que acaba convirtiéndose en tragedia.
Cuento moral que Sally Potter convierte en diatriba contra todo, que añade a las virtudes ya reseñadas una fotografía casi expresionista en blanco y negro que retrata magníficamente una metáfora de la Inglaterra anterior al Brexit, y unos tipos que se quieren y se detestan alternativamente, en un espacio reducido propicio a la cristalización de las pasiones y al estallido de las angustias  más recónditas.

A pesar de lo que pudiera pensarse, “The party” no es teatro filmado, es una de esas raras joyas cinematográficas que, con un tono ácido, aciertan a dar un repaso elegante y sin piedad a las costumbres de un época y una clase.





El noctámbulo, nº 5 / 4ª Epoca  /  08 de Marzo de 2.018Página 6
Cumpliendo la reglamentación vigente, señalamos que el Propietario y Director de El noctámbulo y de  Posada Literaria es el señor don Luis Díaz Garrido, mayor de edad en exceso, español.                                                                   proisa@digimedia.es
                                      



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